Imagen de un ictus cerebral.

Imagen de un ictus cerebral. Europa Press

Historias Salud y cambio climático

Más de medio millón de muertes por ictus podrían estar relacionadas con el cambio climático

La Academia Americana de Neurología publica un estudio en el que asocia el aumento de temperaturas con el de los infartos cerebrales en todo el globo. 

11 abril, 2024 01:56

La Academia Americana de Neurología lo tiene claro: el cambio climático mata. O, al menos, exacerba dolencias que pueden ser mortales. Un nuevo estudio publicado en la revista científica Neurology en la noche del miércoles 10 de abril asegura que las variaciones en el clima “podrían estar relacionadas con el número creciente de muertes derivadas de infartos cerebrales en todo el planeta”. También, afirma, estarían relacionadas con el incremento de consecuencias incapacitantes de dichas afecciones.

El autor principal del estudio, Quan Cheng, del Hospital Universitario Xiangya en Changsha (China) analizó, junto a su equipo, los datos de infartos cerebrovasculares a lo largo del tiempo y dio cuenta de que la mayoría de los infartos cerebrales se producen cuando la temperatura cae en picado. Sin embargo, asegura, también hay un incremento en los ictus relacionados con el aumento extremo de temperaturas.

Este fenómeno, dicen los autores, tiene explicación: con unas temperaturas más bajas, los vasos sanguíneos se constriñen, lo que incrementa la presión arterial, y esta es un factor de riesgo para el ictus. Por su parte, las altas temperaturas pueden causar deshidratación, lo que afecta a los niveles de colesterol y reducen el flujo sanguíneo que, a su vez, también puede llegar a causar un infarto cerebral. 

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"Los cambios de temperatura bruscos de los últimos años han afectado a la salud humana, y nuestro estudio demuestra que pueden empeorar los ictus en todo el mundo, especialmente en la población mayor y en zonas donde haya más desigualdad en los servicios sanitarios", asegura Cheng en un comunicado. 

Medio millón de ictus

Para realizar su estudio, los investigadores analizaron tres décadas de información médica de más 200 países y territorios de todas las regiones del globo. Para hacer la asociación entre ictus y cambio climático —lo que, matizan, no implica necesariamente causalidad— examinaron el número de muertes por accidentes cerebrovasculares y la carga de discapacidad relacionada con esta enfermedad debido a temperaturas no óptimas (aquellas más altas o más bajas de la norma). 

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Esta información se analizó según regiones y países, además de por grupos de edad y sexo biológico. Así, descubrieron que en 2019 hubo 521.031 muertes derivadas de un ictus propiciadas por las variaciones en la temperatura. Y no solo eso, también descubrieron que hubo 9,4 millones años perdidos en todo el mundo debido a la muerte prematura y la pérdida de calidad de vida por culpa de esta enfermedad. 

Asia central, los más afectados

Al comparar los dos extremos del termómetro (el más alto y el más bajo), se dieron cuenta de que, del total, 474.002 decesos tuvieron que ver con temperaturas por debajo de lo normal. Además, el frío y el calor no afectan por igual a todas las personas: de cada 100,000 muertes por ictus relacionadas con el mercurio, el 8 eran de hombres y 6 de mujeres. 

De todas las regiones, Asia Central acumula el mayor número de muertes por infarto cerebrovascular relacionadas con la temperatura de todo el planeta, con 18 decesos de cada 100.000. Macedonia del Norte sería el país con más fallecimientos por esta misma causa: 33 de cada 100.000. 

Según Cheng, es necesario "continuar investigando para determinar el verdadero impacto de los cambios de temperatura en los ictus y atajar las desigualdades médicas". El suyo es el primer paso en esa dirección, pero, recuerda, "estudios futuros deberían buscar fórmulas que puedan implementarse en políticas" para reducir el riesgo de infartos cerebrovasculares. Entre ellas, asegura el científico, estaría, por ejemplo, "la limitación del uso de combustibles fósiles o la deforestación".