Hay personas que tienen una conexión especial con los animales, y la historia del pingüino DinDim con João Pereira de Souza, el hombre que lo rescató cuando estaba herido, es un ejemplo de ello. En mayo de 2011, este albañil retirado se encontró a un pingüino herido en Río de Janeiro. El animal estaba cubierto de petróleo y no se podía mover.

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Pereira de Souza lo acogió y lo cuidó. Limpió cuidadosamente los residuos de petróleo del cuerpo del animal y lo alimentó durante días. Todo hasta que estuvo sano y fuerte para regresar al agua. Pero a pesar de su esfuerzo por liberarlo, el pingüino se resistió a volar solo: todos los años regresa al lugar donde el hombre lo encontró. 

La historia de DinDim

João Paulo Krajewski, un biólogo y presentador Globo TV, fue el primero en documentar la historia de DinDim y el hombre que salvó su vida. Cuando el pingüino empezó a regresar a Río, no estaban seguros de que fuera el mismo animal el que volvía cada año al mismo sitio. Por eso, le pusieron un marcador para saber más sobre sus orígenes y su trayectoria.

"Por primera vez, tenemos la prueba definitiva de que es el mismo pingüino el que regresa cada año a la casa del señor João, pues volvió con el marcador”, explica Krajewski. Ha habido muchos malentendidos sobre la vida del pingüino, incluyendo noticias que afirmaban que era una mascota.

"El pingüino es totalmente libre", escribió Krajewski en una publicación en Facebook. A lo que añadió: "Duerme en el patio del señor João, que está conectado a la playa con una valla parcial, pues a João le preocupa que al pingüino lo ataquen los perros callejeros".

El pingüino DinDim con su salvador.

Si bien puede parecer extraño que un pingüino visite cada año a una misma persona, Krajewski dice que la mayoría de animales de esa especie "son muy leales a sus compañeros y al lugar donde anidan. Siempre lo hacen en el mismo sitio año tras año, lo mismo con su pareja".

"Nada en la naturaleza es 100%, pero esto es una regla para los pingüinos, que se reconocen el uno al otro por sus sonidos", dice el biólogo. Krajewski señala que al ser los pingüinos animales leales a su entorno, DinDim asumió la playa de Provetá como su hogar.

Krejewski dice que el momento más memorable cuando registró esta amistad, fue ver a DinDim tocando el rostro de su salvador, como si lo estuviera limpiando. "Esto muestra qué tan cercanos y cómodos se sienten el uno junto al otro", añade.

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