En la última década, cuatro edificios han resultado dañados en el asentamiento de Ny-Ålesund, en Svalbard.

En la última década, cuatro edificios han resultado dañados en el asentamiento de Ny-Ålesund, en Svalbard. Lisi Niesner Reuters Svalbard (Noruega)

Historias

Virus 'zombis' y casas derruidas: los estragos del galopante deshielo del permafrost

Este tipo de suelos gélidos albergan casi 1,7 billones de toneladas métricas de gases de efecto invernadero que podrían escaparse a la atmósfera. 

19 mayo, 2023 02:47

Permafrost es el término utilizado para describir la tierra (suelo o roca) que se mantiene a 0 °C o por debajo de esta temperatura durante al menos dos años consecutivos. Este grueso suelo helado se encuentra en zonas donde el calor del sol no alcanza a derretir el hielo, cubriendo y sustentando aproximadamente una quinta parte del hemisferio norte. Pero esto, según varias investigaciones, está cambiando en los últimos años debido al calentamiento global.

Permafrost is warming at a global scale es el título de un estudio publicado en 2019 en la revista científica Nature donde los autores advertían del potencial que tenía el derretimiento del permafrost de amplificar el cambio climático global. Y presentaban evidencia geoespacial del aumento de la temperatura del permafrost en los últimos años.

Y otra investigación, publicada en la misma revista el pasado año vaticinaba un futuro sin muchos cambios: “Se prevé que el permafrost continúe calentándose y descongelándose en respuesta al calentamiento climático, pero existe incertidumbre con respecto a la magnitud y el calendario de estos cambios”, rezaba.

[La receta del desastre: el deshielo acelerado despierta la amenaza de organismos milenarios dormidos]

Tal como explica la educadora y divulgadora ambiental Isabel Moreno en su libro Cambio climático para principiantes (Plan B, 2022): “el permafrost es una grandísima amenaza de retroalimentación del cambio climático”.

Un mapa del permafrost ártico en 2016 que muestra su estado desde continuo (morado oscuro) hasta aislado (morado más claro).

Un mapa del permafrost ártico en 2016 que muestra su estado desde continuo (morado oscuro) hasta aislado (morado más claro). Joshua Stevens NASA Earth Observatory

Se estima que el permafrost mantiene secuestradas casi 1,7 billones de toneladas métricas de carbono congelado y descongelado. “Mientras está congelado, estos están ahí atrapados, pero si se descongelan, los gases pueden liberarse a la atmósfera”, detalla.

De esta manera, el derretimiento sería la causa y el efecto del calentamiento global: “un círculo vicioso que no solo repercute en el Ártico, sino en todo el mundo”, advierte Moreno.

Virus 'zombies'

Los peligros de la degradación de la criósfera del Ártico no solamente se limitan a incrementar la cantidad de gases en la atmósfera, sino que también amenaza con perturbar el funcionamiento de los ecosistemas, reducir las poblaciones de fauna ártica única y poner en peligro la salud humana.

Los cadáveres de lo que fueron los pobladores de la zona del este de Eurasia están empezando a emerger de los suelos derretidos en la región ártica. Los arqueólogos glaciares han encontrado bajo el permafrost derretido varios fósiles y restos de otros tiempos. En América del Norte se encontraron restos de una cría de mamut Nun Cho Ga y ha habido múltiples descubrimientos de restos humanos en el cementerio de Khorig (montañas Khovsgol, Mongolia).

[Qué son los virus ‘zombis’: los científicos alertan del riesgo de los organismos 'resucitados' por el deshielo]

"Hay muchas cosas preocupantes en el permafrost, y esto demuestra por qué es tan importante mantenerlo congelado tanto como sea posible", afirma Kimberley Miner, climatóloga del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA en el Instituto Tecnológico de California, en Pasadena (California) en declaraciones a la televisión CNN.

Según ha descubierto un estudio de Cold Spring Harbor Laboratory, publicado en noviembre de 2022, el deshielo de permafrost en Siberia (Rusia) está liberando materia orgánica congelada, donde se incluyen también “microbios celulares revividos (procariotas y eucariotas unicelulares), así como virus que permanecieron latentes desde tiempos prehistóricos”.

La investigación, liderada por el microbiólogo Jean-Marie Alempic del Centro Nacional de Investigación Científica de Francia, ha identificado hasta 13 virus que han permanecido inactivos durante miles de años, lo que ha suscitado la preocupación de que puedan suponer un peligro biológico para los seres vivos de la zona.

Grietas en el suelo

Los habitantes de las regiones árticas tienen la vida cada vez más difícil. Es frecuente encontrarse con grietas en los cimientos de las casas y las carreteras, muchas de ellas construidas sobre el suelo permafrost. Cuando se cimentaron se tuvo en cuenta este factor, pero la rapidez con la que se está emblandeciendo el suelo está pillando por sorpresa a los urbanistas, arquitectos y, sobre todo, a los residentes. 

Según un reciente estudio realizado por científicos de la Universidad George Washington, la reparación de los daños causados por el permafrost y el deshielo en carreteras, edificios, aeropuertos y vías férreas del Ártico costará 276.000 millones de dólares -256.000 millones de euros- a mediados de siglo si las emisiones de carbono y las tendencias climáticas mantienen su trayectoria actual.

El principal problema que se deriva del derretimiento del hielo permafrost está relacionado con la humedad del suelo. Cuando se descongela, el suelo se contrae. Con cada cambio de tiempo, el suelo se eleva y se hunde. 

[Estamos a las puertas de violar el Acuerdo de París: se esperan nuevos récords de calor en los próximos 5 años]

En octubre de 2016, el diario británico The Guardian se hacía eco de la historia de Yury Scherbakov, un habitante de la ciudad de Norilsk (Rusia) que estaba sufriendo los estragos de la alteración de la estructura de su hogar. Los muros empezaron a resquebrajarse y el suelo se fue inclinando. 

Si se derrumban las cases e infraestructuras de las ciudades árticas, el coste de restablecer los cimientos es muy alto. Según relató a The Guardian Ali Kerimov, ingeniero de la Fundación de Investigación y Producción de Norilsk, el coste de la estructura para aguantar las condiciones volátiles del permafrost representa entre un 30 y 40% del coste total de la estructura.