David Loy, maestro budista, es el que acuñó el término 'ecodharma', que combina las preocupación por la ecología con la creencia budista.

David Loy, maestro budista, es el que acuñó el término 'ecodharma', que combina las preocupación por la ecología con la creencia budista. Ediciones La Llave

Historias

David Loy, maestro budista: "No nos importa la Tierra, sino nuestro estilo de vida; hay una desconexión"

En su libro 'Ecodharma', el profesor de filosofía explica lo que el budismo nos puede enseñar sobre cómo afrontar la crisis ecológica. 

30 enero, 2023 01:28

“Tras su bautismo, Jesús se fue al desierto, donde ayunó durante cuarenta días y noches a solas; las revelaciones de Mahoma se produjeron cuando se retiró a una cueva, donde recibió la visita del arcángel Gabriel; y Buda Gautama, el primer buda, tras abandonar su hogar, vivió en el bosque, meditó en la naturaleza y despertó bajo un árbol junto a un río”. Con estos episodios, David Loy ilustra la relación indisoluble entre el ser humano y la naturaleza en su libro Ecodharma (2021, La Llave Ediciones).

Con esta guía, este maestro budista explica cómo la tradición budista puede ayudarnos a convivir con la crisis ecológica. Porque muchos de los conceptos más conocidos que giran en torno a las enseñanzas budistas ponen a la naturaleza en el centro, pero no a los problemas ecológicos antropogénicos. Y es que cuando se crearon, no existían tales procupaciones.

Uno de los principios que defiende esta filosofía milenaria, desde todas sus escuelas, es su que  el consumismo no es compatible con el budismo. Una enseñanza que resuena y fue incluso tuiteada por el dalái lama, líder espiritual del budismo tibetano, es la futilidad del materialismo.

“Los valores materialistas no pueden darnos tranquilidad. Así que tenemos que centrarnos en nuestros valores internos, en nuestra verdadera humanidad. Solo así podremos tener paz mental y más paz en nuestro mundo”, dijo el líder espiritual en un tuit publicado en noviembre de 2021.

Muchos teóricos y maestros budistas ya habían explorado algunas de las implicaciones que podría tener el budismo sobre los efectos de la crisis ecológica, la mayoría poniendo énfasis en la idea de que no existe un 'yo' individual separado del resto. Pero Loy es quien mejor ha acercado estas ideas a través de su libro y de la práctica. Su compromiso con la ecología lo llevó a fundar en 2017, junto a otros profesionales, el Rocky Mountain Ecodharma Retreat Center (RMERC) en el condado de Boulder, Colorado (EEUU).

Este centro de retiro ecodharma, como lo definen ellos, pretende reconectar a los budistas y otras personas interesadas con la naturaleza. Así, la actividad de este centro de referencia sobre el budismo ecológico, ha fomentado la puesta en marcha de más retiros de este tipo alrededor del mundo. En septiembre del año pasado, Loy colaboró en la organización del primer retiro ecodharma en Italia, celebradon en el Istituto Lama Tzong Khapa

Para saber más sobre cómo el budismo puede ayudarnos a afrontar los retos medioambientales, ENCLAVE ODS ha podido conversar con Loy. Este maestro de la tradición budista Sanbo Zen lleva más de tres décadas poniendo en el foco en algunos temas ecológicos, propugnando un budismo socialmente comprometido.

'Eco' y 'dharma'

La palabra ecodharma es la que da nombre a su obra magnánima. El año de su publicación, fue considerada como el mejor libro del año sobre espiritualidad en Estados Unidos. Loy combina las preocupaciones ecológicas (eco) con las tradiciones espirituales (dharma) y hace una llamada a la participación activa a través del ecosattva, un camino de liberación y salvación para el planeta.

David Loy (1947), maestro budista, es autor del libro Ecodharma.

David Loy (1947), maestro budista, es autor del libro Ecodharma. David Loy

En su libro, Loy pone énfasis en el sentido del yo y la necesidad de no separarlo de lo externo. Tal como predica, “el yo ser deconstruido ('olvidado' en la meditación) y reconstruido (sustituyendo los 'tres venenos' de la avaricia, la mala voluntad y el engaño por la generosidad, la bondad amorosa y la sabiduría que reconoce nuestra interdependencia)”. Es así como el ser humano puede “ver a través de la ilusión de la separación”.

La civilización humana, según Loy, funciona de manera similar: “Es un constructo basado en un sentimiento colectivo de alienación del mundo natural, que crea ansiedad y confusión sobre lo que significa ser humano”. La respuesta colectiva a esta ansiedad es intentar procurar el crecimiento económico y el desarrollo tecnológico. El maestro budista suscribe que "el progreso nos hace estar cada vez más desconectados de la naturaleza".

El tema central de su obra pretende responder a una pregunta: ¿Cómo puede el budismo ayudarnos a afrontar la crisis ecológica?

La crisis ecológica a la que asistimos tiene implicaciones importantes en las enseñanzas budistas. En el budismo, el núcleo de nuestro sufrimiento y de nuestros problemas personal está la sensación de separación. Y con la crisis ecológica sucede lo mismo. El principal problema no es la emisión de gases de efecto invernadero, ni tampoco la pérdida de biodiversidad, sino el sentido de separación con el mundo natural.

¿Y por qué cree que nos desvinculamos de la naturaleza?

Tendemos a pensar que nuestro propio bienestar está separado del bienestar de la Tierra. Y por esto se da una desconexión. No nos importa la Tierra, nos importa nuestro estilo de vida. Por eso, el budismo puede ser útil. El ser humano tiene que darse cuenta de la no dualidad con la Tierra. Ese es el primero de los pasos que tiene que dar.

¿Y después de darse cuenta de eso?

El segundo punto es de especial importancia para el budismo mahayana. Siguiendo las creencias de esta doctrina, el segundo paso es ayudar al resto de personas a alcanzar el mismo estado de iluminación en el que estamos. Cuando trabajamos para darnos cuenta de la no dualidad, a través de la meditación, no lo hacemos solamente en beneficio propio, sino también por el resto.

En su libro, introduce el concepto de boddistava o ecosattva: ¿Qué significado tiene?

El bodhisattva es una persona que tiene un doble sendero, combinando el camino interior de la iluminación con el esfuerzo exterior para ayudar a los seres sintientes. También se utiliza el término ecosattva, que combina la transformación personal —iluminación— con la transformación social —activismo—. Si combinamos los dos caminos, podemos sanar nuestra relación con la Tierra.

David Loy, junto a otros instructores, dan clases en el complejo Rocky Mountain Ecodharma Retreat Center en Colorado (Estados Unidos).

David Loy, junto a otros instructores, dan clases en el complejo Rocky Mountain Ecodharma Retreat Center en Colorado (Estados Unidos). David Loy

¿Cómo se relacionan estos dos caminos?

Cuando empezamos a seguir el camino individual, a través de la meditación, lo hacemos porque estamos sufriendo. Algo ocurre en nuestra vida. Sentimos que falta algo. Cuando logramos alcanzar la iluminación, advertimos que nuestro bienestar no se separa del bienestar de los demás. De esta manera despertamos el sentido de transformación social.

En los últimos años, se ha extendido la práctica del mindfulness: ¿Puede esta técnica ayudarnos a alcanzar la iluminación?

El mindfulness es una versión secular de los distintos tipos de meditaciones que existen. Es meditación sin budismo. No tienes que creer en el budismo para meditar. Pero tiene un efecto similar a la meditación budista, si lo practicamos puede ayudar a darnos cuenta de que no estamos separados de los demás.

¿Qué consejos le darías a una cualquier persona interesada en seguir el ecosattva?

Yo recomendaría dos cosas. En primer lugar, aprender a practicar algún tipo de mindfulness, porque puede ser muy útil. Y luego, con esa práctica, nos empodera para salir y comprometernos más. Así que es importante que nuestro compromiso con el mundo se base en algún tipo de práctica de meditación para así mantener la ecuanimidad. De lo contrario, lo que sucede es que la gente se deprime, se desespera, pierde la esperanza y se da por vencida.

El mindfulness puede ayudarnos, pero no hará que seamos más activistas, pero sí empodera. Por eso debemos actuar de manera natural. Creo que esa es la enseñanza más importante que puede ofrecer el budismo.