Guía definitiva para alérgicos: cómo sobrevivir a la primavera y combatir los síntomas más comunes

Guía definitiva para alérgicos: cómo sobrevivir a la primavera y combatir los síntomas más comunes

Historias

Llegan los síntomas de la alergia: estos son los consejos de un experto para sobrevivir a la primavera

El doctor Ángel Moral de Gregorio, presidente del comité de aerobiología de la SEAIC, ofrece varias claves para quienes sufren las consecuencias de la alergia al polen.

20 abril, 2022 02:14

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Llega la primavera, para muchos, la estación de ensueño: un clima perfecto, sin demasiado frío ni calor, vuelven las terrazas, y el campo se convierte en un paraíso multicolor. Las camisas y los abrigos por fin dejan paso a las cómodas mangas cortas y los shorts. Una época para disfrutar de largos paseos por el parque y del espectáculo contemplativo de las abejas que se empapan de polen durante sus manjares de néctar. Al menos, esa es la utopía que observan, resignados desde la ventana de su habitación, los alérgicos. Pañuelo en mano, estornudo en boca y antihistamínico en sangre, quienes sufren las consecuencias de la floración primaveral ven en aquel paraíso su infierno particular.

Mientras que el resto de mortales disfruta del cantar de los pájaros, de los rostros risueños de los vecinos y del fin de la imposición mascarillas en exteriores e interiores, los alérgicos ven en ese entorno idílico un espacio hostil donde tomar una bocanada de aire se convierte en deporte de riesgo. Picor de nariz que irrita la piel, insufribles moqueos que humedecen las FFP2, escozor de ojos y ojeras y una tos que, en las noches de mayor concentración, suele derivar en aquellas molestas sibilancias asmáticas, son síntomas habituales para identificarlos. Eso, y los bultos de pañuelos en los bolsillos, las cajas de pastillas de Loratadina y los broncodilatadores, que forman el kit de supervivencia básico.

Los meses de alergia ya han comenzado. De momento, la más molesta y común de todas ellas, la provocada por las gramíneas, no ha eclosionado, pero sí la generada por el plátano de sombra, una de las seis más comunes en España. Así que si en estos días alguien siente un ligero picor en la nariz y vive en una gran ciudad con avenidas presididas por gigantescos plátanos de sombra, aquellos árboles de tronco blanquecino que dan frutos redondos con forma de erizo llamados aquenios, probablemente ellos sean los causantes de tu malestar. 

Imagen de unas flores en plena polinización

Imagen de unas flores en plena polinización iStock

ENCLAVE ODS ha contactado con el doctor Ángel Moral de Gregorio, presidente del Comité de Aerobiología de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), para elaborar esa breve guía de buenas prácticas para sobrevivir a la primavera y combatir algunos de los síntomas más comunes para los alérgicos. ¿Será más fuerte que otros años? ¿Realmente sirve la mascarilla para prevenir la alergia? ¿Es mejor tomas antihistamínicos de forma preventiva? ¿Existe cura para la alergia?

P. Lo primero de todo... ¿Cómo se prevé la primavera de 2022?

R. Al inicio de la primavera, el 22 de marzo, dimos unas previsiones sobre los niveles de pólenes de gramíneas, el único que da problemas alérgicos sobre los que verdaderamente podemos hacer previsión. Otros, como el del plátano de sombra, que da problemas ahora, o los del olivo y los cipreses, son mucho más variables porque no dependen tanto de las condiciones climatológicas. El problema es que justo después de dar las previsiones empezó a llover de forma desmedida. Habíamos tenido el segundo invierno más seco desde hace 60 años y, además, el sexto más cálido desde que hay registros.

"Extremadura siempre es la comunidad autónoma con pólenes de gramíneas más elevados de toda España"

Eso nos hizo ofrecer unos datos con previsiones favorables para los pacientes que podían tener problemas alérgicos provocados por los pólenes de las gramíneas. Al no haber lluvias importantes en otoño e invierno se previó que las concentraciones de gramíneas no fueran altas. Augurábamos una primavera muy benévola para los alérgicos en muchas zonas de España. Ahora, probablemente, los datos sean más altos, pero no de forma extremadamente significativa.

Entonces podemos decir que será leve...

Nosotros lo que hacemos es dar unos niveles de pólenes acumulados y los agrupamos en tres o cuatro grandes grupos: primavera leve, cuando los niveles son inferiores a 1000 granos por metro cúbico de aire; leve, cuando son entre 1.000 y 3.000; moderada cuando oscila entre 3.000 y 5.000 e intensa cuando está por encima de 5.000. Después, los separamos por zonas geográficas.

¿En qué zonas será más fuerte la alergia a las gramíneas?

En las islas Canarias las concentraciones suelen ser más bajas. Esperamos una primavera leve con niveles no superiores a los 300 granos. En la cornisa cantábrica, País Vasco, Navarra y La Rioja, esperamos una primavera con niveles leves, desde los 1.000 granos de Logroño o La Coruña a los 3.000 de Oviedo o Vitoria. En Lugo, Ourense o Santander esperamos niveles de 2.000. En el litoral mediterráne habrá, igualmente, una primavera leve, que irá entre los 1.000 y los 3.000. El centro peninsular (Madrid, Castilla León, Aragón y Castilla La Mancha) será más variable: en Teruel o Cuenca esperamos 1.000, pero en Madrid o Toledo habrá unos 4.000. La última zona geográfica, el sur peninsular, en Andalucía y Extremadura, es extremadamente indeterminada: va desde los 1.000 de Almería a los 6.000 de Cáceres o Badajoz. Extremadura siempre es la comunidad autónoma con pólenes de gramíneas más elevados de toda España.

¿Cómo saber cuándo va a haber polen y en qué cantidades?

En SEAIC suministramos los datos de los niveles de pólenes día a día de las provincias españolas, de modo que el paciente pueda conocer los niveles de presencia del polen al que tiene alergia y pueda determinar las medidas oportunas que tomar de cara a realizar actividades en el exterior. Estos datos ayudan al paciente a saber cuándo tiene que tener más cuidado y también ayudan al especialista que le cuida a saber con qué niveles de polen tiene los síntomas. Es la manera más efectiva para establecer los tratamientos oportunos, bien en forma de medicación, de vacunas o incluso de medidas preventivas.

"Los alérgicos al polen deberían seguir utilizando las mascarillas en las próximas semanas, especialmente en los días de máxima polinización"

Pero hay alergias a otros pólenes que no son gramíneas...

El polen más importante en España es el de las gramíneas. La peor zona es Extremadura y luego algunas zonas de Andalucía como Córdoba, Sevilla y Jaén. Le seguirían Toledo y Madrid. En segundo lugar está el del olivo, que donde más problemas da es en Jaén. Luego está la familia del ciprés y la arizónica, que están repartidos de forma más o menos equitativa por España. No nos extrañaría que en los próximos años pudiera superar al olivo en cantidad. Después va la salsola, una mala hierba o maleza que suele dar problemas en primavera y verano en zonas donde hay pocas precipitaciones.

Es la típica planta que vemos en las películas del oeste. Da problemas en la zona centro o en las zonas semidesérticas, como en Murcia, Aragón o algunas zonas de Castilla La Mancha, además del centro peninsular. En quinto lugar se encuentra el plátano de sombra, especialmente en las ciudades, donde se ha plantado de forma desmesurada, especialmente en Madrid, Valladolid, Zaragoza o Barcelona. En sexto lugar está el polen de la parietaria, que da problemas en la zona del litoral mediterráneo y del Atlántico. Tiene una época de polinización muy larga, desde febrero hasta noviembre, casi todo el año. Esas son las seis principales alergias por pólenes en España, aunque a veces, en zonas más localizadas, suele haber alergias al abedul y a la palmera.

¿Y esas otras alergias qué tal se prevén?

Los pólenes que dan problemas en otoño e invierno, como el del ciprés o el de la arizónica, sí que han sido espectacularmente altos debido a las condiciones climatológicas de esas estaciones, ya que la falta de lluvia provoca que los pólenes floten en la atmósfera durante más tiempo. Cuando llueve, el polen pesa más, cae al suelo y deja de dar problemas alérgicos. La falta de precipitaciones durante el invierno provocó que los pólenes de cipreses y arizónicas fueran muy altos. Cuando dejaron de dar problemas, que suele ser en la segunda quincena de marzo, se produjeron las lluvias, por lo que hubo un descenso muy fuerte de las alergias. Ahora, sin embargo, tenemos problemas con el plátano de sombra.

Nos quitamos las mascarillas en interiores pero los alérgicos deberían llevarlas en exteriores...

Los alergólogos, desde hace muchos años, ya preconizamos la utilización de mascarillas antes de la llegada de la pandemia. Lo que pasa es que los pacientes no nos hacían caso. A los alérgicos les daba vergüenza llevarlas porque los demás podrían pensar que tenían algún tipo de enfermedad infecciosa. Ha tenido que venir el coronavirus para que las mascarillas se lleven en todo el mundo. Los pacientes alérgicos al polen deberían seguir utilizando las mascarillas en las próximas semanas, especialmente en los días de máxima polinización o de grandes rachas de viento.

"El antihistamínico actúa en el momento en el que es necesario, así que no tiene mucha razón de ser que se use de forma continuada"

¿Son más efectivas contra el polen que contra la Covid-19?

Los pólenes son unas cien veces más grandes que el coronavirus, así que si hemos conseguido evitar que este se transmita gracias a las mascarillas, con más motivo las mascarillas van a evitar que los pólenes entren en las vías respiratorias de los pacientes alérgicos.

¿Cuáles son las pruebas más eficaces para saber a qué se tiene alergia?

La forma más sencilla para determinar si un paciente es alérgico, aparte de que se realice una historia clínica adecuada, es precisamente la realización de las pruebas alérgicas que se hacen en el antebrazo. Son prácticamente inocuas, no producen dolor ni sangre, y en 15 o 20 minutos podemos conocer qué pólenes nos pueden producir problemas alérgicos. Hay algunas técnicas a través de análisis de sangre que son más caras y tardan más tiempo en obtener resultados. Las pruebas tradicionales son el método más fiable y fidedigno para conocer cuándo un paciente es alérgico a un determinado polen. El problema es que si se utiliza medicación cuando se hace la prueba, pueden salir anulada, por lo que es recomendable que durante 4 o 5 días antes no se tome los antihistamínicos.

Pruebas de alergia en un antebrazo

Pruebas de alergia en un antebrazo iStock

¿Los antihistamínicos funcionan como preventivos?

Son uno de los tratamientos más importantes para los alérgicos, pero sólo se deben utilizar cuando el paciente tiene el problema. No es un medicamento que deba usar de forma preventiva. Si no se tienen síntomas, no se debe ingerir. Es como cuando a alguien le duele la cabeza: nadie se toma una aspirina o un analgésico para que no le duela la cabeza durante 5 meses. Cuando el paciente tenga los síntomas lo debe utilizar. Aunque hay otro tipo de casos, como el de los asmáticos, en el que se recomienda su utilización de forma preventiva, como algunos tipos de inhaladores o de sprays para la nariz. El antihistamínico actúa en el momento en el que es necesario, así que no tiene mucha razón de ser que se use de forma continuada. Es un medicamento con pocos efectos secundarios, pero puede producir somnolencia, y quien conduzca o tenga que manejar maquinaria no debería tomarlo si no es estrictamente necesario.

¿Cuál es el uso correcto de los broncodilatadores?

Dentro del tratamiento del asma con inhaladores hay dos medicamentos: los broncodilatadores, que dilatan el bronquio cuando hay asma. Eso ocurre cuando el aire pasa a una zona estrechada. Por eso silba, que es lo que se conoce como sibilancias. El tratamiento con broncodilatadores lo que hace es evitar ese problema, dilatar el bronquio para que tenga la zona de paso adecuada. Luego hay otro tipo de inhaladores antiinflamatorios o corticoides que evitan la inflamación, los cuales a veces deben ser utilizados de forma preventiva, mientras que los broncodilatadores, como los antihistamínicos, son recomendables cuando hay síntomas.

¿A veces el tratamiento no es suficiente?

No es habitual, pero a veces existen casos de crisis asmática severa que puedan desembocar en un ingreso hospitalario o en la UVI.

¿Aumenta la ansiedad con la alergia?

Como todas las enfermedades, las provocadas por polen, rinitis o el asma alteran la calidad de vida del paciente. En consecuencia, pueden aparecer síntomas en forma de ansiedad, depresión o incluso traducidos en la famosa astenia primaveral. Son síntomas que acompañan a una enfermedad orgánica, que en este caso es alérgica.

¿La alergia es curable? ¿Varía con el paso de los años?

La historia natural de las enfermedades alérgicas es que no suele desaparecer sola. El único tratamiento que se ha podido demostrar que puede ser eficaz y que puede hacer que un problema alérgico desaparezca es el tratamiento con vacunas. Es lo que se conoce como inmunoterapia. Esta hace que una persona pueda tolerar cada vez niveles más altos de, por ejemplo, polen, y que tenga que utilizar cada vez menos medicación. En algunos casos conseguimos que llegue a desaparecer la enfermedad, pero normalmente es muy difícil que una alergia desaparezca de forma espontánea y por sí sola.

"No todos los pacientes con alergia tienen que ponerse la inmunoterapia"

¿La inmunoterapia es eficaz? ¿Produce efectos secundarios?

Prácticamente en el momento actual la inmunoterapia ha mejorado mucho y ya no produce apenas efectos secundarios. Tiene que ser prescrita por un profesional que sepa cómo se debe administrar. En la actualidad los efectos adversos son muy raros. Y respecto al tiempo de duración de las terapias, lo normal es que sea entre 3 y 5 años. En el momento actual disponemos de dos tipos de inmunoterapia, la tradicional, que se pincha en la parte posterior del brazo, o la sublingual, que se administra bajo la lengua. Ambas permiten que en un plazo de 3 o 4 años los pacientes obtengan una notoria mejoría, pudiendo salir al campo prácticamente sin problemas o teniendo que utilizar de forma muy ocasional la medicación.

¿Cualquier persona puede solicitarlo?

La administración de inmunoterapia la puede hacer cualquier especialista en alergia, tanto en un centro de la Seguridad Social como en un centro privado. Es un medicamento de uso rutinario que no tiene ningún tipo de contraindicación.

¿Lo recomienda personalmente?

Una persona que tenga dos estornudos al año cuando llega la época de polinización de las gramíneas o del olivo y que mejore con un simple antihistamínico, o a alguien que se le irritan los ojos ocasionalmente y se le soluciona con unas gotas, no lo necesita. Si estos síntomas son ya más intensos y necesita utilizar medicación varios días a la semana, y así durante varios años, es un candidato a que se le ponga una vacuna de inmunoterapia porque va a mejorar. No todos los pacientes con alergia tienen que ponerse la inmunoterapia, porque a veces con medicación se puede solucionar, pero aquellos pacientes en los que la medicación no ha sido adecuada o en los que los síntomas son más intensos durante cierta época del año... ahí sí estaría indicado.

Una mujer utiliza un broncodilatador

Una mujer utiliza un broncodilatador iStock

¿Algún truco o recomendacion personal para los alérgicos?

Yo creo que lo más importante es saber qué tipo de alergia tiene cada persona. Al saber eso va a conocer cuál es la época del año en la que sentirá los problemas. Yo le recomendaría a cualquiera que se informe a través de la página www.polenes.es, donde va a conocer cuáles son los niveles de cada ciudad, y si hay niveles muy altos que utilice medidas preventivas como es la utilización de las mascarillas.

También les recordaría que las mejores horas del día para abrir las ventanas para airear los domicilios son a primera hora de la mañana o a última del día. Las concentraciones de pólenes son más altas entre las 12 del mediodía y las 5 de la tarde, sobre todo en las horas de más luz y calor. Otro ejemplo: viajar en coche con las ventanillas cerradas o cuando volvamos de casa cambiarnos de ropa y lavarnos la cara. Son una serie de medidas preventivas que, de alguna manera, van a contribuir a apaciguar los síntomas, independientemente de la medicación que el paciente tenga que utilizar.