Estamos inmersos en un contexto donde los ODS, los criterios ESG (social, medioambiental y de buen gobierno), la regulación nacional y la implementación del Pacto Verde Europeo o la recientemente presentada (y polémica) taxonomía verde de la Unión Europea intentan definir y unificar para empresas e inversores lo que es y no es sostenible.

Pero ¿cómo afecta este contexto a la estrategia empresarial? ¿Cómo podemos, desde las compañías, trasladarlo a una mayor creación de valor para nuestro negocio y una reducción real de nuestro impacto ambiental? La respuesta es simple: analizando nuestra cadena de valor y proceso productivo. Pero hacerlo no es tan sencillo.

Es aquí donde entran en juego los Objetivos de Desarrollo Sostenible y el propósito. Los ODS son la hoja de ruta de las compañías e instituciones para avanzar en la sostenibilidad, ya que permiten centrar los esfuerzos en acciones concretas, en líneas de actuación definidas y con metas claras. Ahora bien, de nada sirve colocar tres o cuatro ODS en nuestra página web si éstos no responden a un verdadero propósito, una estrategia que englobe la acción de la empresa durante toda la cadena de valor: desde el aprovisionamiento hasta el uso de los productos en casa y su revalorización.

José Ramón Iracheta, country manager de Essity Iberia

José Ramón Iracheta, country manager de Essity Iberia José Ramón Iracheta Imagen cedida

Para las compañías que contamos con producción industrial, incluir herramientas como el análisis del ciclo de vida nos permite aplicar los ODS de forma efectiva. A través de la innovación, buscando la eficiencia de recursos con los proveedores y en nuestra propia producción, apostando por un diseño de producto más inteligente conseguimos que la acción por el clima (ODS 13) o el agua limpia y saneamiento (ODS 6) sean cuantificables y con retorno para la comunidad y la propia compañía.

Nuestra misión en Essity es desarrollar, producir y comercializar de forma sostenible productos y servicios en el ámbito de la higiene y la salud, teniendo en cuenta el impacto de nuestra actividad en el entorno y las personas. Por este motivo nuestro compromiso con la sostenibilidad es un eje transversal para la compañía, está nuestro ADN y lo materializamos a través de tres máximas: el bienestar, producir más con menos y la circularidad. Estos pilares nos permiten fijar objetivos de sostenibilidad desde la compra de materias primas hasta el porcentaje de plástico reciclable que hay en nuestro producto.

Actualmente se está haciendo un importante esfuerzo de investigación e inversión a nivel global para contar con materias primas alternativas a la fibra de madera. Incluso sabiendo que casi el 100% de fibra de madera que utilizamos en la compañía cuente con la certificación FSC® o PEFC™ de madera controlada, hace unos meses que en nuestra fábrica de Mannheim (Alemania) comenzamos la producción de papel tisú a partir de paja de trigo. Este proceso, además de utilizar un material que antes se desechaba, requiere un menor uso de energía y agua. Estamos contribuyendo gracias a la reducción de emisiones, al ahorro de recursos y a la promoción de la circularidad al utilizar un material que de otra manera sería desechado.

"La logística y la distribución son dos de los campos donde más se puede hacer para reducir la huella medioambiental"

Otra manera de contribuir a disminuir el impacto ambiental de productos y servicios es ayudar a los clientes y consumidores a conseguir más con menos. Crear productos que permitan que optimizar su uso como, por ejemplo, dispensadores TORK más eficientes que reducen el desperdicio de producto o servicios que a través de la tecnología permitan un rendimiento mejor. La continua evolución en el diseño también nos permite crear pañales o productos de higiene femenina que ofrecen un rendimiento mejor o igual con menos coste de materiales.

La innovación y la digitalización son dos herramientas fundamentales cuando hablamos de hacer más sostenible la producción. Nuestra planta de Tarragona es un paradigma de la industria 4.0 dentro de la compañía y del propio sector. En la fábrica de Navarra hemos conseguido producir papel con un 30% de agua y una tasa de revalorización de residuos del 93%.

La logística y la distribución son dos de los campos donde más se puede hacer para reducir la huella medioambiental. En nuestro caso, hemos optado por centralizar en Barcelona todas las operaciones de planificación de cadena de suministro. No solo se consiguen mejorar y agilizar procesos con clientes y proveedores, sino que además nos permite ser más eficientes en las operaciones logísticas, con una reducción de emisiones gracias a la consolidación de cargas y la optimización del uso de camiones.

Si bien a veces da la impresión de que el término sostenibilidad está sobreexplotado y que los ODS han perdido relevancia en medio del discurso corporativo, queda todavía mucho por hacer para convertir la teoría en acción. Todos los departamentos de la empresa tienen posibilidad de aportar y adoptar un objetivo para contribuir a la mejora del medio ambiente y el bienestar social. Si hacemos un análisis transversal y trabajamos de manera coordinada para crear valor, incluyendo la sostenibilidad entre los valores y propósito de la empresa, tendremos la oportunidad de marcar la diferencia.

***José Ramón Iracheta, country manager de Essity Iberia.