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Con muchas proteínas y sin esfuerzo: el plato con sabor a Castilla-La Mancha que se prepara en 50 minutos
Es una de las recetas más representativas de la región, elaborada a base de bacalao desalado, aceite de oliva, huevos duros, ajo y patata.
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Entre las recetas más representativas de Castilla-La Mancha, el atascaburras ocupa un lugar privilegiado. Este plato tradicional, sencillo en su elaboración pero intenso en sabor, es una auténtica joya gastronómica de la región.
Conocido también como ajo mortero, el atascaburras es típico en Albacete, Cuenca y algunas zonas de Toledo. Se trata de una receta que, más allá de su sencillez, refleja el sabor y la identidad de la cocina manchega.
Su base es tan humilde como deliciosa: bacalao desalado, patatas cocidas, ajo, aceite de oliva virgen extra y huevos duros. El resultado es una preparación con la textura de un puré espeso, similar a una mousse, que se presenta decorada con nueces y rodajas de huevo cocido, lo que no solo le aporta vistosidad, sino también un extra de proteínas.
Un plato de atascaburras.
Proceso de elaboración
El atascaburras se prepara de forma sencilla. Primero se cuecen las patatas y se desala el bacalao, que luego se hierve ligeramente. Aparte, se fríen unos dientes de ajo en aceite de oliva, que se reservan para dar sabor.
En un mortero -o un bol grande si no se tiene- se machacan los ajos y se van incorporando las patatas cocidas y el bacalao desmenuzado, mezclando todo hasta lograr una masa homogénea. Se añade poco a poco el aceite de oliva para ligar bien la mezcla.
El plato se sirve templado, decorado con rodajas de huevo cocido y nueces por encima. Nutritivo, contundente y perfecto para los días fríos.
