Cada 1 de noviembre se celebra el Día de Todos los Santos, una fiesta de origen católico que se remonta al siglo IX. Este fin de semana es una de las fechas que los castellano-manchegos tienen marcada en el calendario desde principios de año. Y es que no solo son unos días para venerar y recordar a los familiares que ya no están. También, son días para pasar en familia y disfrutar de los dulces típicos que la región reserva para esta cita.

En este sentido, si hay algo en lo que Castilla-La Mancha destaque en todo el mundo es en su cocina. La capacidad para unir tradición y gastronomía hace de la comunidad una de las más atractivas del territorio español para los turistas. Y, sin duda, un aliciente más para mejorar el día a día de los que viven en cualquiera de sus cinco provincias.

Las recetas castellano-manchegas implican cultura, conservación en el tiempo e identidad. Si ya tienes previsto comer con la familia o con los amigos en estos días, debes conocer cuáles son los postres característicos de la región para el puente de Todos los Santos. Con su elaboración, podrás sorprender y disfrutar de la esencia castellano-manchega, transformada en dulce tradicional.

Coge, por tanto, papel y bolígrafo y apunta cuáles son los tres postres típicos castellano-manchegos del puente de los Santos con los que “se te hará la boca agua”.

Nuégados

Tal y como afirman desde la Ruta Pasión de Calatrava, este dulce no solo es tradicional del puente de Todos los Santos, ya que, los castellano-manchegos también suelen disfrutarlo en Semana Santa.

Este plato, pensado para los más golosos, se compone de bolitas fritas de masa, elaboradas con harina, huevos, vinagre, azúcar, aceite tostado, levadura, ralladura de limón y miel. Una vez elaborados, los más perfeccionistas le aportan alguna decoración. Ciertamente, un postre excepcional cuyo aroma y sabor transmiten plenamente la esencia de Castilla-La Mancha.

Nuégados de Castilla-La Mancha. Foto: Julián Cazallas

Huesos de santo

Es otro de los dulces típicos de la región en estas fechas. Su origen, tal y como afirman desde el Consejo Regulador de la Denominación de Origen La Mancha, data de principios del siglo XVII. Fue creado para imitar un hueso, con el relleno de la yema emulando al tuétano. Lo característico del postre es la almendra, a partir de la cual se elabora el mazapán, que hace de cubierta.

Desde la Pastelería Tradición 1982 de Alcázar de San Juan (Ciudad Real), explican que su elaboración requiere de más tiempo, pues es una receta más laboriosa. La fórmula original consiste en el machacado de la almendra y mezcla con azúcar, para su posterior relleno. Pieza por pieza, asimismo, se bañan para lograr su brillo y dulzor.

Huesos de Santo. Foto: Pastelería Tradición 1982

Buñuelos

El buñuelo es un postre tradicional judío. Consiste en una masa a base de mantequilla, harina y huevos. Cuando se fríe, duplica su tamaño, hecho por el que se llama buñuelo de viento. Según Tradición 1982, son derivados de una especie de bollos fritos con harina de trigo que se denominaban bimuelos. La tradición de estos se conoce por toda España ya que el propio Felipe III tenía un cocinero real experto en la receta.

El interior de los buñuelos va relleno de crema, trufa o nata y su explosión de sabor al paladar aporta una experiencia de sensaciones que harán del puente de los Santos en Castilla-La Mancha un recuerdo inolvidable. Un dulce exquisito y de muy fácil preparación.

Buñuelos de viento. Foto: Pastelería Tradición 1982

Son tres dulces típicos de Castilla-La Mancha para la festividad de los Santos, aunque hay algunos que no pueden esperar y los consumen durante todo el año. Cuando disfrutes de su sabor, lo comprenderás.