Ana M. Ángel Esteban, psicóloga y sexóloga con consulta en Toledo.

Ana M. Ángel Esteban, psicóloga y sexóloga con consulta en Toledo.

Vivir

Ana M. Ángel Esteban, psicóloga, sobre las cenas de empresa: "Las infidelidades rara vez son espontáneas"

Se acerca la Navidad y con ella uno de los momentos más peculiares en los centros de trabajo: las celebraciones junto a los compañeros.

Más información: El mito del 'gen infiel': ¿están los hijos de padres promiscuos condenados a engañar a sus mujeres?

Julia Toledano
Publicada

Queda poco para la Navidad y en muchos centros de trabajo las cenas y comidas navideñas ya están organizadas o en plena preparación. Son encuentros que rompen la monotonía de las relaciones laborales, cambian el escenario e incluso alteran los roles entre jefe y empleado.

La psicóloga y sexóloga toledana Ana M. Ángel Esteban analiza para EL ESPAÑOL de Castilla-La Mancha cómo esos cambios de contexto pueden propiciar dinámicas distintas y explica por qué, para algunos, estas celebraciones terminan generando cierta confusión afectiva.

"Las cenas y comidas de compañeros de trabajo, del gimnasio o del grupo que sea son un momento de celebración, convivencia distinta, mayor conocimiento y cercanía entre unos y otros, además de distensión", asegura la experta, que advierte de que dicho escenario las convierte en un "momento crítico" desencadenador infidelidades.

Aunque afirma que la mayoría asisten a estos eventos "solo con el ánimo de divertirse y compartir de una forma distinta", abanderando "los principios, la lealtad, la fidelidad, el amor honesto y verdadero y el respeto al otro", añade que "un porcentaje nada despreciable va con un blanco en mente o a concretar abiertamente, sin hora límite y con comportamientos que no se juzgan como sospechosos porque están en un ambiente distendido".

Para entender el fenómeno, Ana M. Ángel Esteban plantea varias preguntas que considera clave: "¿Por qué aquí? ¿Se da rienda suelta a algo que ya estaba ahí oculto y gestándose? ¿O es algo improvisado?". "Pues hay un mix", responde.

Culminación

Sobre el origen de estas infidelidades, la psicóloga toledana subraya que no suelen ser un acto aislado. "La infidelidad no nace esa noche, sino que es la culminación de una atracción que llevaba tiempo. Encuentran el momento de expresarla y quizás mantenerla", afirma. "La convivencia diaria, la confianza, las tensiones compartidas… pueden generar una conexión emocional difícil de ignorar, que no siempre se traduce, por supuesto, en traspasar el compañerismo y la amistad", añade.

No obstante, la desinhibición propia de las fiestas también puede provocar atracciones que nacen en el momento. "Existen otras situaciones en las que la atracción surge en el momento, mediatizada por un ambiente que combina relajación, alcohol y la sensación de estar en un momento no real, paralelo, o solo de ese día", asegura Ana M. Ángel Esteban.

La especialista define con crudeza el proceso: "De pronto, la conversación fluye, el tono se suaviza y el entorno facilita un tipo de conexión distinta a la del día a día… y la lías". Tras la noche, llegan las justificaciones y las consecuencias.

Coartada emocional

Muchas personas recurren a "una coartada emocional, un autoconvencimiento que permite minimizar las implicaciones tanto personales como en la pareja y en esa persona —compañero o compañera— que puede sentirse dañada después de ese momento sexual. Y la psicóloga plantea una evidencia incómoda: "Una persona con la que, si no quieres nada más, tendrás que verte cada día".

Entre las excusas más repetidas por los infieles, la experta destaca algunas como: "No cuenta, ha sido un momento y ya está" o "estaba borracho". Pero matiza el papel real del alcohol: "Su efecto desinhibidor reduce el autocontrol y nubla la toma de decisiones, pero jamás es una razón. Nadie se tira por un puente para ver qué se siente, por ejemplo, porque sabe lo que hace y las consecuencias. El alcohol no crea infidelidades por sí mismo, pero sí facilita que se hagan realidad deseos latentes o impulsos momentáneos que normalmente serían contenibles".

Ana M. Ángel Esteban advierte, además, sobre la vulnerabilidad de quienes atraviesan conflictos personales: "Hay personas que, si tienen un problema de pareja, estrés mantenido o cualquier otro conflicto, ven este momento como una vía de escape".

Aunque califica de exagerado afirmar que la cena de Navidad con los compañeros de trabajo es "una situación ideal para ser infiel", reconoce que sí concurren factores que aumentan el riesgo: "Afecto, menos normas o más libertad, alcohol, oportunidad, contexto…".

En su diagnóstico final, la psicóloga toledana subraya que estas infidelidades "rara vez son espontáneas". Pueden ser "la culminación de una historia previa, el nacimiento inesperado de una atracción o simplemente una decisión impulsiva propiciada por el ambiente".

Y lanza la advertencia sobre el efecto rebote: "Cuidado con que uno de los dos pueda quedarse enganchado sexual o emocionalmente —o ambas cosas—, porque entonces la situación cambia, y más aún si era un juego o un experimento por parte de uno de los dos. Se avecinan problemas aunque lo hayas dejado claro antes".