José Manuel y el archivador en el que guarda el cruce de denuncias con Pilar.

José Manuel y el archivador en el que guarda el cruce de denuncias con Pilar. Manuel Moreno

Sucesos

El calvario de José Manuel, agricultor de Toledo, tras su divorcio: conspiraciones, brujería y hasta sicarios

Una jueza ha acordado la apertura de un procedimiento contra la exmujer por un presunto delito continuado de denuncia falsa.

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El divorcio de su exmujer hace más de seis años está siendo un vía crucis para José Manuel. Mientras lucha contra Pilar en los juzgados para que "me deje tranquilo de una vez por todas", este vecino de Villanueva de Alcardete (Toledo) espera impaciente una sentencia: la de la vista oral celebrada a finales de mayo en la que se juzgó a Santos, un guardia civil retirado y tío de su expareja, por contratar presuntamente a dos sicarios para asesinar a este agricultor de 43 años. El precio pactado por cumplir el encargo era de 45.000 euros, según las acusaciones, aunque Santos negó en el juicio que se le pasara por la cabeza "tal hecho macabro".

En este calvario, José Manuel también ha sido objetivo de un brujo al que Pilar acudió para alejar de su padre al niño de ocho años que tienen en común. "Te pido señor de las tinieblas que este sinvergüenza se muera; que se le caiga el pelo, las uñas, que no pueda dormir, que no pueda comer, que se arrastre como un gusano; que mi hijo lo odie con todas sus fuerzas. Que se muera", repetía Pilar a petición del hechicero en un vídeo.

Además de acudir a los conjuros y a la magia negra, la exmujer ha denunciado hasta en seis ocasiones a su exesposo desde la disolución matrimonial. Lo ha acusado de maltrato hacia ella y de pegar y abusar sexualmente de su hijo. Pero todas las denuncias han sido archivadas y ahora una jueza de Quintanar de la Orden ha dado un giro a esta historia. Ha acordado la apertura de un juicio contra Pilar por cometer presuntamente un delito continuado de denuncia falsa.

Tortura judicial

En la denuncia que dio pie a esa decisión, el abogado de José Manuel lo expone sin ambages: "Las consecuencias de que mi representado decidiera divorciarse (...) fueron y siguen siendo absolutamente lamentables y penosas" para él. "Se ha visto sometido a una auténtica tortura judicial" con un único fin por parte de la exesposa: "Privar al padre de la relación con su hijo, utilizándolo como instrumento para fines espurios e induciéndolo a proporcionar un falso testimonio".

José Manuel, un apasionado de las antigüedades, se presenta en la entrevista con un archivador en el que tiene ordenadas todas las denuncias que se ha cruzado con Pilar y las correspondientes resoluciones judiciales. Él también la ha denunciado media docena de veces y dice que ya está cansado de esta larga batalla: "Solo quiero vivir y estar con mi hijo".

El crío nació en el verano de 2017, un año antes de que Pilar y José Manuel se casaran el 23 de junio de 2018. El matrimonio fue breve. Él presentó la demanda de divorcio meses después, en febrero de 2019, "porque no soportaba su forma de ser". A partir de ahí, el agricultor comenzó a vivir un calvario judicial que todavía continúa.

A esta contienda se suma además la incertidumbre de no conocer todavía la sentencia sobre la conspiración que el tío de Pilar supuestamente pergeñó para asesinarlo en su pueblo, de 3.000 habitantes, donde José Manuel y Pilar siguen viviendo -ella en la casa propiedad de él-. Y en este municipio manchego situado entre campos de viñedos se siguen cruzando a diario en la calle.

La primera denuncia de su exmujer llegó el mismo mes de su separación. Los dos acudieron por separado al Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid para operar a su hijo: "Después coincidimos en una máquina para pedir un justificante y ella empezó a grabar en un audio sus gritos delante de mucha gente: '¡No me levantes la mano! ¡Me quieres pegar!'. Luego me denunció por maltrato". José Manuel pasó una noche en el calabozo y el caso se archivó porque los testigos no corroboraron la versión de Pilar.

Graves acusaciones

En febrero de 2022, Pilar acusó a su expareja de pegar a su hijo, que tenía cuatro años por entonces. "Pude demostrar que era mentira", dice ahora él, pero estuvo tres meses sin ver a su chaval y con una orden de alejamiento. El informe forense señaló que las lesiones del menor recogidas en un parte médico no podían ser causadas con un palo, como había manifestado la madre, porque "eran incompatibles" con el instrumento.

"El niño o tiene una fantasía desbordante o está siendo dirigido por alguien con intereses opuestos a los del padre, porque en ningún momento habla expresando terror hacia él o diciendo que no quiere verle, sino todo lo contrario", concluyó la juez de Quintanar de la Orden que archivó la denuncia.

Una psicóloga apuntó que "a veces" el niño usaba un lenguaje adulto, "poco común en un niño de su edad", mientras que la Audiencia Provincial de Toledo desestimó el recurso de la madre: "Las consideraciones no solo se basan en informes del médico forense y de la unidad de salud mental del Hospital La Mancha Centro, sino a la apreciación personal de la juez cuando pregunta al menor sobre las lesiones y la forma de producirse"

Meses después, otra denuncia por presunta violencia doméstica. Ella, que solicitaba por tercera vez una orden de alejamiento, dijo que el menor le contó dos veces que su padre le pegaba, le decía palabrotas y le tocaba "la colilla y el culo". No hubo consecuencias judiciales.

Al poco, una denuncia más, en esta ocasión señalándolo por abuso sexual. Al igual que la última, en 2023. En este caso, la juez dedujo que era evidente que el menor realizaba un "discurso aprendido" en el que repetía las mismas frases, con el padre siempre como culpable. A su señoría le sorprendía que un crío de tan corta edad fuese capaz de realizar una interpretación "tan retorcida y adulta sobre el hecho de que su padre y él se duchen juntos", como consta en el auto con el que sobreseyó provisionalmente la causa.

Sin indicios

La madre recurrió otra vez ante la Audiencia toledana y la respuesta fue contundente. "No existen indicios de maltrato ni abuso sexual como llega a denunciar, sino más bien de todo lo contrario; es decir, de un intento de instrumentalizar al menor para conseguir privar al padre del régimen de visitas establecido".

Finalmente, este agricultor y amante de las antigüedades dio el paso, denunció a Pilar por un delito continuado de denuncia falsa y una juez de Quintanar ha ordenado la apertura de juicio oral. La Fiscalía pide 54 meses de multa, a razón de 12 euros diarios, y un año y seis meses de prisión. La acusación particular, por su parte, solicita dos años de cárcel y una multa de 24 meses. Además, la mujer ha tenido que depositar una fianza de 8.000 euros. "Espero que se haga justicia y se acabe todo esto. Solo quiero estar con mi hijo", desea José Manuel.