Toledo despide a Josele, el triatleta de 37 años que ha muerto dando vida: "Siempre estaba ahí, con su sonrisa"

El deportista toledano José Luis González Dorado trabajaba en Sonseca y vivía a caballo entre esta localidad y la ciudad de Toledo. El 16 de julio tuvo una caída de su bicicleta, a primera hora de la tarde, mientras entrenaba. Sucedió después de descender el puerto de Marjaliza, en llano, en una recta. Un ciclista que rodaba detrás de él, a unos 40 metros, lo vio todo.

Josele, como lo conocían, ultimaba la preparación para el triatlón de Cuenca, que se disputó el pasado fin de semana. Pero no superó las secuelas del golpe en la cabeza, quedó en estado vegetativo y murió en el Hospital Universitario de Toledo cinco días después.

Tenía 37 años y su familia donó sus órganos. "Él ya nos dijo en vida que, si algún día le pasaba algo, quería ser donante", desvela su hermano Óscar, policía nacional y también triatleta. "Sus padres y sus hermanos se sienten muy orgullosos de que ha muerto dando vida", cuentan sus amigos.

Antonio compartió muchas horas de entrenamiento y competición con Josele: "Era una gran persona, un buen compañero y siempre estaba ahí, con su sonrisa. Si necesitabas algo, ahí estaba para dártelo, para ayudarte".

Estaba muy ilusionado. Había cambiado de trabajo hacía dos meses y siempre iba hilando los entrenamientos con su nuevo empleo. "Atravesaba una época cojonuda", subraya Antonio. Con él compitió el 25 de mayo en el duatlón de Ruidera (Ciudad Real), donde al malogrado Josele le hicieron la fotografía de las camisetas que vestirán este sábado en un homenaje póstumo. "Siempre a mi lado" es el lema.

Las camisetas que vestirán sus compañeros de equipo.

El tributo será en el triatlón de Pálmaces de Jadraque (Guadalajara). Participarán Antonio y otros tres componentes de su equipo, el Bull Project Toledo Triathlon, en el que Josele llevaba desde 2018.

Entre ellos estará Pakillo, su entrenador y triatleta, quien le prometió en el lecho de muerte que correría por él. "Era su objetivo deportivo este año. Yo no estaba inscrito y, en homenaje a él, voy a participar para que, aunque sea de una manera simbólica, pueda estar en el triatlón que tanto había preparado. Si era su ilusión estar, lo va a hacer", explica Pakillo, para quien Josele era como "un hermano de sangre".

Multitudinario adiós

La muerte de este deportista ha causado un hondo pesar. Por la habitación de la UCI del Hospital Universitario de Toledo donde se encontraba, decenas de personas pasaron durante cinco días para despedirse de él.

"Allí no recordaban nada igual", dicen sus conocidos. Hasta un amigo suyo de Corea llegó a tiempo para darle el último adiós.

Toledo, Ciudad Europea del Deporte, está en deuda con un triatleta que la representó por toda España y que murió dando vida.