Ernesto, nominado a Mejor Docente de España por su trabajo en el CRA Villas del Tajo
Ernesto, docente en un pueblecito de Toledo: "En las aulas rurales el aprendizaje es mucho más cercano"
Nominado al Mejor Docente de España, transforma la escuela rural desde Castilla-La Mancha con proyectos que nacen del corazón del aula.
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Cuando Ernesto Santurino entra cada mañana al aula, no lo hace con un libro cerrado bajo el brazo, sino con la mente abierta y una pregunta en los labios: "¿Qué os interesa hoy?". En sus clases no hay rigidez. Hay escucha, creatividad, curiosidad. En el Colegio Rural Agrupado Villas del Tajo, que reúne alumnos de Puente del Arzobispo, Valdeverdeja y Torrico (Toledo), cada estudiante cuenta, cada historia importa y cada proyecto nace de una chispa real.
"Enseñar en la escuela rural es un reto, pero también una oportunidad enorme", cuenta Ernesto, que ha sido seleccionado entre los 24 finalistas al Premio Educa Abanca al Mejor Docente de España 2025. Su manera de enseñar va más allá del temario. Parte del vínculo con el entorno, de los intereses de sus alumnos y de las posibilidades que ofrece la cercanía con lo cotidiano.
En los pueblos donde trabaja, las clases se organizan de forma mixta. "En Torrico o Valdeverdeja, tenemos en la misma aula niños de todos los niveles de Primaria. Eso cambia por completo la forma de enseñar por lo que hay que pensar en un aprendizaje global sin dejar atrás a nadie", explica Ernesto cuando habla sobre la forma de impartir sus clases.
Alumnos en el aula con su profesor Ernesto llevado a cabo actividades creativas
Para lograrlo, Ernesto se apoya en proyectos vivos, flexibles y conectados con la realidad. "Una vez vi que en el recreo jugaban a las cartas de Pokémon. Les pregunté qué les gustaba, qué conocían... y de ahí nació la idea para uno de mis proyectos", recuerda y además de esta manera diseña los proyectos conforme a los intereses de sus alumnos para atraer su atención y trabajar habilidades lingüísticas, matemáticas...
Proyectos vivos
Ese es su enfoque: partir de lo que les mueve para llevarlos más lejos. Lo mismo ocurrió con otro proyecto que ha llevado a cabo titulado Conociendo nuestras raíces, este surgió cuando descubrió que el Ayuntamiento de Valdeverdeja tenía un museo justo encima del colegio. "Pensé que era una oportunidad muy buena para darles responsabilidad a los alumnos ya que ellos mismos iban a ser los guías del museo".
La escuela rural, dice, tiene algo único porque permite que cada niño tenga su espacio real, que sea protagonista. "En las clases, tú acompañas. Eres un guía. Les enseñas a investigar, a resumir y a presentar. Pero son ellos los que construyen su aprendizaje".
Lluvia de ideas
No todo son ideas espontáneas. Ernesto dedica buena parte de sus vacaciones a pensar nuevos proyectos porque, como explica, es cuando más tiempo tiene para darle vueltas a la cabeza y darles forma a los proyectos. "Este verano ya tengo en mente dos ideas: uno relacionado con Bola de Dragón y otro inspirado en una serie de televisión", argumenta. De esta manera se puede apreciar que cada momento está pensando en cómo darles la mejor experiencia a sus alumnos y además, conectar sus aficiones con los contenidos curriculares.
Actividades realizadas en el aula
Además de su trabajo en clase, coordina un proyecto de innovación educativa que involucra a todo el CRA. “Este año llevé adelante tres proyectos, y el próximo curso seguiré en esa línea", explica. Para él esto supone un esfuerzo añadido pero el retorno que te da el alumnado compensa todo. Reconoce que ha recibido mensajes de sus propios alumnos o padres para agradecerle lo que han aprendido.
Reconocimiento
La nominación a Mejor Docente de España le ha llegado por sorpresa, pero también como una confirmación. “Lo más bonito es que haya nacido del propio alumnado y sus familias. Eso tiene un valor incalculable. Es el reconocimiento a lo que vivimos cada día en el aula”.
Y aunque no sabe si ganará el premio, tiene claro que su camino seguirá igual: escuchando, creando y creyendo en el potencial de cada alumno. Su creencia hace que siga creyendo que la clave de la educación está en el entorno rural porque desde ahí también se puede ayudar y transformar pero como explica emocionado "se puede innovar, emocionar y formar personas. Y eso, para mí, es lo más importante”.