El Supremo avala que el hombre que intentó matar a un médico en Camarena no vaya a la cárcel por ir borracho y drogado

El Tribunal Supremo (TS) ha avalado la sentencia emitida por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha (TSJCM) que absolvía penalmente por una eximente de intoxicación plena por consumo de alcohol y drogas al hombre que en 2018 intentó matar a un médico en la localidad toledana de Camarena y que además agredió a su padre y varios guardias civiles. La brutal agresión recibida por el facultativo le ha provocado graves secuelas y una discapacidad del 77 %.

Esta sentencia del alto tribunal, que cuenta con el voto particular de dos magistrados, se produce después de que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y el Colegio de Médicos de Toledo recurrieran el fallo emitido el 14 de julio de 2022 por el TSJCM que a su vez había modificado parcialmente, en lo que a indemnizaciones se refiere, lo dictado en su día por la Audiencia Provincial de Toledo.

De esta manera, el acusado no acudirá a la cárcel y en su lugar mantendrá la medida de seguridad de permanecer en un centro de desintoxicación, donde se encuentra actualmente, un máximo de 15 años al aplicársele la eximente de intoxicación plena prevista en el artículo 20 del Código Penal, por lo que no responderá penalmente de los delitos de asesinato en grado de tentativa, lesiones, atentado a agente de la autoridad y daños que se le atribuían.

De igual modo, el TS respalda la sentencia del TSJCM de que el acusado indemnice con 950.000 euros al médico al que atacó y dejó con graves secuelas, y a la Dirección General de la Guardia Civil con 651 euros por los daños ocasionados al vehículo oficial.

Hechos probados

La sentencia que ahora ha sido ratificada por el Supremo consideraba probado que el acusado, que tenía antecedentes penales, mantuvo una discusión con sus padres llegando a golpearle el 14 de junio de 2018, hecho que llevó a su madre a llamar al 112.

Hasta el domicilio de Camarena donde se produjeron estos hechos acudieron un médico al que el acusado golpeó con un palo de madera "sin darle tiempo a reaccionar" y "sin pronunciar palabra alguna", con la intención de acabar con su vida, diciendo que iba a matarle.

El acusado, que según la sentencia no era consciente de que se trataba de un facultativo, siguió golpeándolo cuando estaba en el suelo, inconsciente, provocándole graves lesiones y secuelas. De hecho, estuvo ingresado en una clínica de neurorehabilitación más de un año y ha perdido autonomía para realizar actividades esenciales, por lo que necesita "supervisión continua" y tiene reconocida una discapacidad del 77 %.

La enfermera que iba con este médico se escondió en la ambulancia, mientras el acusado cogió un cuchillo y amenazó a su padre, sin atender a los requerimientos de los guardias civiles que iban llegando, a los que también dijo que iba a matar y contra los que arremetió, causando lesiones a varios. También apuñaló la ambulancia y dañó un coche policial.

Finalmente los agentes le redujeron y le trasladaron al hospital en estado de "extrema agresividad", y tuvo que ser fuertemente medicado.