Vista de la ermita del Valle durante la romería.

Vista de la ermita del Valle durante la romería.

Toledo

Los motivos de los toledanos para disfrutar la romería del Valle: tradición, devoción y diversión

La noche lluviosa cambió los planes de los jóvenes y rebajó las ventas de los comerciantes.

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Lorena Martín
Publicada

Por devoción, por tradición, por comer tostones "que no se encuentran si no es en romerías" o porque los jóvenes toquen la campana "aunque creo que les da igual casarse". En la romería del Valle de Toledo cada uno encuentra un motivo para acercarse. La presente edición también ha dejado un sabor agridulce a los vendedores de los chiringuitos. La lluvia de anoche no ayudó en las ventas. La presencia del Kiosco Base cerrado también ha marcado la jornada.

Amaranta se sienta junto a su marido y su hija a la puerta de la ermita. No escuchan misa, "porque somos más de vivir el ambiente", pero aún así, no faltan ningún año a la romería. Aprovechan la mañana, comen en los chiringuitos y "luego vamos a casa a descansar".

Es una forma de disfrutar el Valle. Otra, totalmente contraria, es la de Margot y Alicia. Dos amigas cercanas a los 65 años que han escuchado misa a las 10:00 y a las 11:00 horas. "Tenemos mucha devoción a la Virgen", señalan. También dicen que no se van sin comprar tostones "porque sólo los encontramos en las romerías".

Los romeros entran a la ermita a tocar la campana y escuchar misa.

Los romeros entran a la ermita a tocar la campana y escuchar misa.

Marta afirma que este año ha subido a la ermita más tarde porque, aunque la noche fue lluviosa, "luego hace mucho calor". Para su familia, de la que se rodea en la fila para tocar la campana, subir al Valle es "un acto social familiar". También tocar la campana que, según cuenta la tradición, quien no lo haga no contraerá matrimonio: "Aunque yo creo que eso a los jóvenes ya les da más igual".

Jóvenes

Poca aceptación tuvo la noche para los más jóvenes. La lluvia cambió algunos planes, tal y como señalan 4 chicas que acuden al Valle "a pasarlo bien y a disfrutar". Tienen 16 años y llevan 4 disfrutando de este día. Quisieron subir anoche pero la lluvia se lo impidió. "Habrá que probar otro día", comentan.

Hugo está en la fila para tocar la campana. Tiene 15 años. Se define como "un enamorado de esta romería por el ambiente, por la gente y por todo lo que conlleva". Después del ritual, comerán algo en los chiringuitos.

El tradicional Kiosco Base cerró sus puertas hace unos días.

El tradicional Kiosco Base cerró sus puertas hace unos días. Javier Longobardo

Chico y chica de la mano confiesan que la primera vez que suben al Valle. Tienen 17 años. Aseguran que no han pasado la noche "porque ya es mucho" y que su motivación para estar en la romería es "socializar un poco".

Comerciantes

La lluvia nocturna no sólo cambió los planes a algunos jóvenes. También a los comerciantes que hacen su 'agosto' en estos días. Álvaro lleva 20 años vendiendo encurtidos en la romería. Viene desde Almagro. "Anoche hubo muy poca gente. Vendimos algo, pero no mucho", señala. A la vez que confía en que el día mejore sus ventas. "Llevamos cuarenta años viniendo y siempre se da bien", afirma.

La romería acoge chiringuitos de productos tradicionales como encurtidos, tostones y obleas.

La romería acoge chiringuitos de productos tradicionales como encurtidos, tostones y obleas. Javier Longobardo

Miguel Ángel vende, además de encurtidos, muchas chucherías para los más pequeños. Dice que "la noche fue muy mala" y aunque confía en un remonte en las ventas durante el día lamenta que "no será como el año pasado".

José Antonio tiene entre sus productos garrapiñadas, roscas y tostones. Señala que cerró "a última hora, por estar aguantando, pero la noche fue muy mala. Se queja de que "el Valle, cada año, está más flojo".

No se lamentan en el puesto de churros y café de Eli. Aunque por la noche refieren poca afluencia, tras la misa la gente mayor acude a desayunar. "Hoy seguro que mejorará la cosa", comenta.