
El Cristo de la Humildad y la Esperanza en su Soledad no pudieron salir de San Juan de los Reyes.
La lluvia obliga a cubrir con plásticos al Cristo Redentor en Toledo y deja sin salir al de la Humildad
La nueva talla de la Esperanza en su Soledad tampoco pudo debutar en la Semana Santa toledana.
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La inestabilidad meteorológica, con lluvias intermitentes durante la tarde-noche, marcó este Miércoles Santo en la ciudad de Toledo.
La primera de las dos procesiones previstas para la jornada, la del Cristo de la Humildad, que iba a salir a las calles de la capital acompañado por primera vez por la nueva imagen de la Esperanza en su Soledad, tuvo que ser suspendida.
Aunque la salida, prevista a las 21.00 horas desde San Juan de los Reyes, fue cancelada, numerosos fieles se acercaron hasta el monasterio para venerar a ambas imágenes, creadas por el escultor de la escuela sevillana Darío Fernández.

Momentos de incertidumbre antes de la cancelación.

Page observa la talla de la Esperanza en su Soledad.
Entre ellos, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, y la presidenta de la Diputación de Toledo, Concepción Cedillo, que conversaron con los dirigentes y hermanos de la Cofradía, que se mostraron apenados por la suspensión de la procesión.
Se da la circunstancia de que la Esperanza en su Soledad, talla que fue presentada el pasado mes de noviembre, ya se vio sorprendida el Martes Santo por un chaparrón durante su traslado hasta la Catedral, donde partició en un vía crucis interior.
Aunque la segunda de las procesiones del Miércoles Santo toledano, la del Cristo Redentor, sí pudo llevarse a cabo, la lluvia también hizo acto de presencia durante el recorrido. Una circunstancia que obligó a cubrir la imagen con plásticos para evitar deterioros.
El Capítulo de Caballeros Penitentes de Cristo Redentor salió del Monasterio de Santo Domingo el Real a las 23.30 horas de la noche, tal y como viene ocurriendo desde 1947, y realiza un vía crucis de 14 estaciones.
Las tandas de caballeros que por turnos cargan con las andas están separadas por un caballero penitente que porta sobre sus hombros una pesada cruz de madera.
La imagen titular es una talla de madera policromada de autor desconocido de principios del siglo XVIII. Desde 1859 permanece en el Monasterio de Santo Domingo el Real y desde el año 2013 es propiedad del Capítulo.