Tras la misteriosa tala del taray centenario de Safont, cuyos responsables todavía no han sido identificados, Toledo pierde a otro de sus árboles emblemáticos. El eucalipto gigante del parque de la Vega, uno de los ejemplares de mayores dimensiones de la ciudad de Toledo, ha sido podado de forma radical porque suponía "un riesgo potencial muy alto para la ciudadanía" tras comprobarse que estaba seco, lo que podía provocar que sus pesadísimas ramas se rompiesen y cayesen sobre los viandantes.

Así lo han comunicado, a través de su perfil oficial en Facebook los bomberos de la capital, cuya participación en la tala, junto a los operarios del servicio de jardines municipal, ha sido necesaria debido a la gigantesca altura del árbol, que quedó muy dañado tras el paso de Filomena el pasado mes de enero, que trajo a la ciudad un intenso temporal de nieve y frío extremo durante varios días.

El árbol crecía desde hace décadas en el talud del céntrico parque toledano de la Vega, frente a la rotonda la avenida de la Reconquista. Ahora solo ha quedado la base de su imponente tronco y el comienzo de sus ramas principales, por lo que no se descarta que pueda volver a regenerarse poco a poco, aunque en el mejor de los casos necesitará años y años para volver a ser el que era.