El enterrador del Ayuntamiento de Daimiel (Ciudad Real), Jesús Sánchez.
De albañil a enterrador en un cementerio de Ciudad Real: "Es una profesión difícil. Nunca te acostumbras a dar sepultura"
Jesús Sánchez lleva desde el año 2015 ejerciendo esta curiosa y necesaria profesión.
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Si hay algo que nos afecta a todos los seres humanos sin importar nuestra fortuna, nacionalidad, raza o religión; eso es la muerte. Alrededor del fin de la vida, se erigen profesiones que pocos conocen, pero que son esenciales en cualquier sociedad.
A este respecto, Jesús Sánchez (47 años) lleva desde el año 2015 ejerciendo la labor de enterrador del Ayuntamiento de Daimiel (Ciudad Real). Este funcionario, que antes fue albañil, recuerda que tras la crisis del sector del ladrillo decidió presentarse a esta plaza en el cementerio local.
"Me quedé sin trabajo y decidí presentarme a la oposición porque este oficio tenía algo de relación con la obra y no me pedían estudios específicos, solo el graduado básico", explica Jesús a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM.
Según el Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria y la normativa del Registro Civil, en España no puede expedirse la licencia de enterramiento hasta que no hayan pasado al menos 24 horas desde el fallecimiento de la persona.
¿Cómo es el día a día de un enterrador?
Su jornada laboral empieza con el aviso de la defunción. "Nos avisan un día antes y revisamos que la sepultura esté preparada para cuando llegue la familia", apunta.
De media, los entierros o incineraciones se llevan a cabo entre 24 y 48 horas tras la muerte para completar trámites y descartar causas judiciales. Solo durante la época del COVID-19 o en comunidades autónomas como Galicia, se ha reducido este plazo de tiempo permitido a 12 horas.
Sobre la pandemia, Jesús destaca lo duro que fue enfrentarse a tal catástrofe sanitaria. "Normalmente en Daimiel hacemos unos 200 servicios al año, entre incineraciones y entierros. En un solo mes hicimos 100 entierros. Fue muy duro, porque no teníamos información y nadie sabía qué hacer".
Respeto y profesionalidad
A pesar de dedicarse a ello todos los días, Jesús confiesa que "nunca te acostumbras" a dar sepultura. "Es muy difícil, sobre todo, cuando conoces a la familia o se trata de alguien joven".
Otro de los procedimientos habituales en los cementerios es la reducción de restos para optimizar el espacio disponible. "Antes se hacían a los cinco años, ahora se espera un poco más", resalta Jesús sobre este proceso que consiste en recoger los huesos del difunto y trasladarlos a unas urnas o casquillas de menor tamaño.
Tras diez años de experiencia como enterrador del Ayuntamiento de Daimiel, Jesús Sánchez subraya que "sea cual sea el proceso, procuro guardar respeto y ser profesional". Sin duda, su profesión puede resultar tenebrosa para muchos, pero está claro que es indispensable para la sociedad.