La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción del Viso del Marqués (Ciudad Real) es famosa por el cocodrilo que tiene en sus paredes, más conocido como "El lagarto del Viso", con varias leyendas a sus espaldas. Una de ellas es que Don Álvaro de Bazán, primer Marqués de Santa Cruz y almirante de la Marina, habría donado el reptil como señal de que "había que guardar silencio en el templo".

"Otras leyendas cuentan que estaba en la sierra, que tenía atemorizada a la población y que fue necesaria la ayuda de las autoridades para que lo pudiesen matar", explica Juan Manuel Delfa, profesor jubilado y hermano mayor de la Hermandad de Jesús del Nazareno.

Según Europa Press, Delfa afirma que "los estudiosos han llegado a la conclusión de que es un cocodrilo del Río Nilo de Egipto". Según la historia el marqués venció en más de 20 batallas y durante su estancia en Egipto vio a estos animales, "que se consideraban sagrados y se colocaban en los templos".

"Cuando el cocodrilo llegó a la localidad en el siglo XVI, nadie sabía lo que era este reptil porque nunca se había visto un animal así por aquí". Fue en 1995 cuando se restauró tras estar años adjunto al techo de la iglesia, después de que en 1755 se produjese la caída del animal debido al terremoto de Lisboa.

Al lado del templo, está el Archivo-Museo Álvaro de Bazán, construido entre los años 1564 y 1586 por orden del marqués, dentro del palacio renacentista de los Marqueses de Santa Cruz. Se trata de un enclave turístico que recibe alrededor de 20.000 visitas anuales y que, actualmente, es el Archivo General de la Marina.

Conjunto turístico

Según ha explicado a la agencia de noticias Raúl Pisa, concejal de Turismo, se trata de un conjunto turístico-artístico que se ha convertido en un "revulsivo para el turismo del pueblo".

Asimismo, otro de los atractivos del municipio es una estatua réplica del cocodrilo que impera sobre una rotonda a la entrada del pueblo desde el año 2020. "Quienes pasan por esta carretera se preguntan qué es lo que hay en el pueblo para haber colocado un cocodrilo".

El autor de la escultura es Jose Lillo, quien cuenta que "gracias a Raúl" pudo llevar a cabo la obra. "Antes de la pandemia me llamó, la rotonda necesitaba ser adecentada y pensamos poner algo en ella".

"No es un modelo hiperrealista, porque para ello se necesitaría utilizar bronce, pero el acero corten ha servido para representarlo de forma impresionista".