Imagen de archivo de un edificio de viviendas de Sareb en la ciudad de Toledo.

Imagen de archivo de un edificio de viviendas de Sareb en la ciudad de Toledo. Google Maps

Región VIVIENDA

Un alivio improbable: parte de las 2.300 viviendas de Sareb en Castilla-La Mancha están okupadas o en zonas rurales

Las provincias de Toledo y Guadalajara acumulan el 86 % del parque de la empresa pública, aunque el atractivo de cientos de casas se antoja dudoso.

Más información: La SAREB obtiene licencia para terminar unas viviendas de Toledo inacabadas desde hace 16 años

Publicada

La Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb) acumula 2.331 viviendas a la venta en Castilla-La Mancha. Además, posee miles de unidades de suelo, locales comerciales y otros inmuebles.

El parque residencial del que la empresa pública es propietaria se tiende a señalar como una de las respuestas a la crisis inmobiliaria que también sacude a la región. En todo caso, la distribución de los hogares y su situación actual suelen frenar el apetito de particulares y inversores.

El conocido como banco malo ofrece 1.492 hogares en la provincia de Toledo, un territorio que concentra el 64 % de todas las casas y pisos de la comunidad autónoma. La provincia de Guadalajara añade 517 residencias.

Por su parte, Ciudad Real aporta 214 unidades a este inventario, por las 69 de Albacete o las 39 de Cuenca.

Los dos espacios de Castilla-La Mancha más próximos a la Comunidad de Madrid, también los que mayores vínculos económicos y laborales tienen con la región vecina, acumulan más del 86 % de las viviendas a la espera de comprador.

Resulta sorprendente cómo, pese a la escasez de oferta que existe en ambos territorios, dos millares de casas sin dueño en este lado de la frontera autonómica aguardan un traspaso.

Por una parte, la acumulación de viviendas vacías en estas dos provincias retrotrae a los años anteriores al inicio de la gran recesión económica. Comarcas como La Sagra, en Toledo, o el Corredor del Henares, en Guadalajara, dispararon sus tamaños poblacionales en los últimos años del siglo XX y los primeros del siglo XXI.

Sin embargo, el estallido de la burbuja inmobiliaria dejó miles de viviendas a medio terminar o en manos de promotoras o inmobiliarias que se vieron obligadas al cierre por quiebra debido al desplome de su actividad en 2008.

Por otra parte, la alta demanda de viviendas en puntos próximos a Madrid y bien comunicados con la capital por vía terrestre facilitó una eclosión residencial que, en un momento de precios al alza, se expandió hacia otras localidades más alejadas y con menor atractivo para los potenciales vecinos.

Es en estos puntos donde se encuentran algunos de esos inmuebles. Por ejemplo, en la localidad de Gerindote (Toledo), con menos de 3.000 habitantes censados, hay 69 casas a la venta. En Seseña, emplazada en la linde autonómica y con más de 30.000 empadronados, las residencias disponibles son apenas 51.

Una situación similar se produce en la franja de Guadalajara más cercana a Madrid. En Cabanillas del Campo, una de las localidades que mayor aumento poblacional ha registrado, no hay ninguna vivienda disponible. Tampoco hay casas de titularidad pública en Quer; en Alovera, son apenas 32 las que aguardan quien las adquiera.

Los casos de Illescas y Azuqueca de Henares, las dos cabeceras de las respectivas comarcas contiguas a Madrid, confirman otro de los límites que encuentra la oferta de Sareb, el de los "inmuebles sin posesión".

Las viviendas okupadas suponen un problema para la mercantil y las inmobiliarias con las que colabora para su venta. Aunque el precio de venta de estos hogares es más competitivo que el del consenso del mercado, su situación dificulta su venta y disfrute legal.

Una movilización sin concretar

En abril de 2023, en la antesala de las elecciones autonómicas y municipales, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció su intención de movilizar todos los activos de Sareb como respuesta a la emergencia habitacional que vive el país.

Sin embargo, no se ha acometido ninguna medida al respecto. El descenso en el número de viviendas en oferta se ha producido por la propia lógica del mercado; esto es, por el interés que ha mostrado un comprador concreto por una vivienda determinada.