Las empresas de hostelería tienen problemas para encontrar trabajadores.

Las empresas de hostelería tienen problemas para encontrar trabajadores.

Región

Los empresarios acusan la falta de mano de obra en Castilla-La Mancha: "Es muy difícil retener a los jóvenes"

El secretario general de Fedeto, Manuel Madruga, advierte de las consecuencias de dejar el mercado laboral en un contexto de digitalización y robotización.

Más información: Castilla-La Mancha suma 15.700 parados en el primer trimestre de 2025 pero tiene un 10,22 % menos que hace un año.

Publicada

Según la última Encuesta de Población Activa, Castilla-La Mancha tenía 138.300 parados al final del primer trimestre. Los datos de paro del Servicio Público de Empleo Estatal redujeron en abril hasta los 127.277 demandantes, una cifra que previsiblemente se reducirá el próximo martes, cuando se publiquen los datos correspondientes a mayo. Aunque alrededor del 12 % de la población activa de la región no encuentra ocupación, las empresas tampoco son capaces de cubrir los puestos de trabajo que ofrecen.

También en Castilla-La Mancha falta mano de obra. Se trata de "una cosa curiosa, hasta cierto punto difícil de explicar y también difícil de entender", explica Manuel Madruga, secretario general de Fedeto. Desde la patronal toledana creen que "estamos en una especie de cambio de paradigma" en la relación de las personas con su desarrollo profesional.

"No tienen la misma perspectiva que teníamos nosotros de por qué queríamos un trabajo, la han cambiado", dice Madruga sobre el enfoque de los remisos, en buena medida, las cohortes de menor edad. El representante de los empresarios toledanos se pregunta "cómo es posible que, sobre todo, la juventud" tenga reparos para aceptar "la contratación tal y como hemos hecho nosotros o han hecho anteriormente nuestros padres".

Madruga supone que los jóvenes prefieren invertir en ocio y pequeños consumos las rentas que obtienen por su trabajo. Ante una realidad en la que "los pisos son carísimos" y en la que tampoco "se pueden comprar un coche", esta generación parece apostar por un compromiso menos estrecho con su puesto de trabajo: priorizan su tiempo libre y tienden a esquivar un sacrificio que tampoco garantiza un futuro más desahogado.

Para las empresas "es muy difícil, primero, contratarlos y, segundo, retenerlos", cuenta el representante de la patronal toledana. Se trata de una situación que "con carácter general, está pasando en toda España, también en el resto del mundo".

Quienes contratan no saben cómo retener esa mano de obra. Por una parte, señalan la presencia de un volumen inferior de trabajadores por los efectos de la natalidad. Por otra, consideran que la "sensación de que la economía va bien", un argumento discutible para Madruga, favorece una disposición relajada. No hay tanto miedo al despido cuando la previsión es encontrar otro trabajo en el corto plazo.

Los puestos "que en estos momentos los españoles están despreciando", relata Madruga, tienden a ser cubiertos por trabajadores de origen foráneo. "No podemos ser como el perro del hortelano: hay gente que de forma lícita ha venido a España y está aquí trabajando".

Hace años, las posiciones de difícil cobertura se relacionaban con la agricultura o la ganadería. Sin embargo, los empresarios han detectado cómo se "han extendido" hacia actividades como el comercio, la hostelería y aquellas profesiones que se realizan en fin de semana o periodos vacacionales, ese solaz al que pocos oriundos parecen estar dispuestos a renunciar y donde los extranjeros emergen como solución.

Una carencia transversal

Más allá del sector primario, la industria emerge como uno de los campos con más necesidades por satisfacer. Apenas hay técnicos de mantenimiento, un perfil que se encarga de la reparación de las cadenas de producción. "Cualquiera que haga esa profesión se forra", añade Madruga.

Manuel Madruga, secretario general de Fedeto, en una imagen de archivo.

Manuel Madruga, secretario general de Fedeto, en una imagen de archivo. Javier Longobardo

"No tenemos fontaneros, no tenemos electricistas". La formación que ofrece Fedeto para ambas labores colma las plazas disponibles. "Salen con la titulación y empiezan a colocarse por su propia cuenta porque se dan cuenta que pueden".

Sin embargo, los negocios cuyos trabajos se encuentran "más apegados al calendario de ocio", como el comercio o la hostelería, "lo están pasando especialmente mal".

Cuenta Madruga que algunas demandas de empleo que llegan hasta la oficina de colocación de la patronal permanecen sin respuesta hasta dos meses. A veces, simplemente "están buscando un administrativo que sepa hacer nóminas", pero no lo hallan.

Alternativas

Las empresas "quieren trabajadores que tengan actitud", remarca Madruga. "Lo que pasa es que el debate se retuerce socialmente o políticamente de una manera muy sencilla", afea.

La patronal elogia el potencial de los contratos de aprendizaje y formación, pese a que los "sindicatos se llenaron la boca de decir que eran contratos basura". Para Madruga, suponían un ejemplo de "formación dual en vena" del que dispuso que España antes que Europa. Los aprendices eran los protagonistas.

El responsable de Fedeto rechaza que aquella relación supusiera una forma de explotación. "Hacían un trabajo durante dos años con un salario que, efectivamente, no era alto. Pero aprendían una profesión y la mayor parte de quienes tenían ese contrato de aprendizaje acababan siendo oficiales de primera con un futuro prometedor dentro de la empresa", recuerda.

Ni los certificados de profesionalidad, ni las titulaciones homologables con Europa se antojan válidos para los empresarios. Plantean una formación rápida. "No se pueden ofrecer formaciones de 300 o 600 horas, tiene que ser mucho más sencilla y a través de una formación práctica".

Además, la patronal advierte tanto del "deterioro" del sistema educativo "durante las décadas anteriores" como del cambiante escenario global que se adivina ante la insistencia de Estados Unidos con los aranceles. Más tasas ayudarán a que "la economía retroceda".

La escasez de mano de obra ha agudizado el ingenio de las compañías. Madruga alude a la digitalización, la robótica y la inteligencia artificial como ejes de la transformación del modelo productivo. Sin embargo, la apuesta por las máquinas genera "una especie de espiral perversa: la revolución digital va a dejar al margen a muchísima gente".

Según Madruga, "cualquier empleador contrataría hoy a cualquier persona si ve que tiene actitud. Y se encargaría de formarla". El empresariado, entretanto, busca respuesta a la gran renuncia, ese "cambio de paradigma desde la pandemia hacia acá".