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¿Estrategia o realidad? ¿desconcierto calculado o dudas sinceras? ¿incertidumbre como diseño político o sentimiento interior de indecisión? El presidente de Castilla-La Mancha y secretario regional del PSOE, Emiliano García-Page, ya había amagado anteriormente con la duda sobre si presentarse o no a las elecciones autonómicas de mayo de 2023, lo que sería su opción a un tercer mandato en la Junta de Comunidades, pero tal vez nunca como ahora ha dejado abierto un dilema que plantea una situación de cierto desajuste interno entre los socialistas castellano-manchegos, plenamente confiados en su sólido liderazgo autonómico.

El bombazo político lo ha dejado caer este sábado García-Page en un acto oficial en Ciudad Real. La pregunta era obvia: ¿se presentará por tercera vez como candidato a la Presidencia de Castilla-La Mancha? Pero la respuesta no fue ni tan clara ni tan esperada: “Es una pregunta que me tengo que hacer y lo haré a partir de Navidades”. Obviamente, la frase encierra un final abierto con todas las posibilidades en liza, incluida la de presentarse, que es la más probable, pero la sombra de la duda planteada por el líder castellano-manchego es tan desconcertante como juguetona. Alimenta la especulación, rompe lo previsible, genera vacilación y un ambiente de perplejidad que está sonando un poco raro. Incluso dentro del PSOE.

¿Juega García-Page al desconcierto, a la aclamación? ¿se hace de rogar? ¿está utilizando un tablero de desorientación política estratégicamente diseñado? ¿en qué piensa realmente el presidente de Castilla-La Mancha? Sólo él parece tener todas las respuestas. “No sé si estaré, tengo que ver qué hago a partir de Navidades. Es una pregunta que tengo que hacerme a mí mismo y, sobre todo, tengo que ver lo que hace la gente, que es lo que verdaderamente importa”. Palabras de García-Page que tal vez encierren un enigma dentro de un misterio o que, quién sabe, tan sólo sean una apuesta por el “postureo” tan de moda para regresar después en medio del aplauso general, al menos de los suyos. Todo es posible.

Intensidad y plenitud

No concuerdan estas dudas que ahora plantea Emiliano García-Page con la intensidad cotidiana que pone en su gestión de gobierno al frente de la Presidencia de Castilla-La Mancha. Con la pasión que a la vista desborda su quehacer diario y lo que muestra habitualmente en sus contactos con los medios de comunicación. Es un poco contradictoria toda esta situación. No hace muchos meses, el líder socialista decía sentirse en "plenitud" política y personal y dejaba clara su fortaleza de ánimo y su voluntad de caminar hacia la reelección. Ahora García-Page siembra unas dudas que desconciertan un poco a los comentaristas y dejan inquietas las filas del PSOE regional. O algo está pasando o todo esto no es otra cosa que una simple puesta en escena.  

Un momento significativo

Sin embargo, el momento elegido por Page para plantear esta duda tiene su importancia y su significado. El PSOE de Pedro Sánchez no vive su mejor momento y se encuentra en pleno desplome en las encuestas. El sanchismo está dejando un reguero de división interna en el gobierno y un régimen monolítico en las filas socialistas, adormecidas y sin capacidad real de contestación interna, salvo casos aislados como el del propio García-Page. El miedo a una caída general se extiende en los territorios y las baronías socialistas cuando falta menos de un año para las elecciones autonómicas y municipales. Y, por si esto era poco, el propio liderazgo de Sánchez se tambalea, no sólo ya por los pésimos sondeos, sino por decisiones graves e impopulares cada vez más cuestionadas, como el inefable pacto con Bildu de la Ley de Memoria Democrática.

En este contexto, tiene su lógica interna que García-Page, el gran verso suelto del PSOE contra el sanchismo, tenga dudas y las ponga sobre el tablero: el miedo a perder también está ahí, tal como se está poniendo la situación de complicada. Y ese temor siempre es inestable y dudoso. Una neblina en un mar político cambiante y turbulento.

Es verdad, no obstante, que es muy baja la probabilidad de que el presidente de Castilla-La Mancha tire finalmente la toalla y decida no medirse al candidato del PP, Paco Núñez. A día de hoy parece improbable. También es verdad que suena interesadamente el nombre de la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, como posible relevo como cabeza de lista del PSOE a la Presidencia de la Junta de Comunidades. Pero es absolutamente innegable que el liderazgo de García-Page en el PSOE castellano-manchego es total e incuestionado y que la decisión final está sólo en sus manos. Sólo la descabellada hipótesis de que Sánchez entre a saco contra su barón más díscolo y decida apartarlo planea sobre los dirigentes socialistas, que se romperían en dos en un contexto tan disparatado.

Apoyo del comité regional

Este mismo sábado, el comité regional del PSOE de Castilla-La Mancha, reunido en Toledo, pidió “abiertamente” a García-Page que vuelva a ser el candidato socialista y cerró filas en torno a él. La escenificación fue rotunda: “No hay una fórmula mejor que la fórmula García-Page”, dijo contundentemente la portavoz regional del partido, Cristina Maestre. Y lo dijo poco después de que el propio presidente dejara caer sus dudas.

La fórmula Page no es un eslogan. Es una fórmula que funciona, que da estabilidad, que da confianza, que da certidumbre y que da protección a las personas frente a los problemas”, anunció Maestre en torno a un liderazgo, el del presidente Page, que hoy por hoy casi nadie cuestiona en la dirección autonómica de los socialistas. “Le estamos pidiendo abiertamente que sea el próximo candidato y también el próximo presidente de Castilla-La Mancha”.

Sin embargo, Maestre también dejo claro que obviamente la decisión la debe tomar el propio Page y que tendrá que ser él, y sólo él, el que “diga si quiere seguir”. Las apuestas están abiertas y sólo el tiempo lo dirá. Cada vez más corto y más cercano.