El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, parece haber vuelto al trabajo, después de varios días de convalecencia, más beligerante que nunca contra el independentismo y contra los que de una forma u otra le dan alas desde los estamentos del Estado. Léase Gobierno nacional.

Las declaraciones de este jueves de Page en una pequeña localidad conquense han vuelto a ser noticia de portada en medios nacionales. Y es natural teniendo en cuenta que se ha mostrado especialmente duro con la pretensión de los independentistas de conseguir mayores recursos económicos y la posibilidad de que el gobierno lo acepte.

Algunas de sus frases han sido demoledoras. Así, ante los nuevos movimientos del independentismo, ha pedido "no alquilar la tranquilidad del Estado a base de que el dinero vaya a donde chillan más". E incluso por primera vez ha llegado a mostrarse preocupado por la posibilidad de que se rompa la unidad de España, aunque considera que eso nunca va a ocurrir.

"Aquí hay muchos que llevamos años en esto y que no admitimos cuentos. La soberanía nacional ni se vende ni se alquila. Nosotros aquí no tenemos caprichos. No vamos a pagar las policías autonómicas de los demás, ya pagamos a la Guardia Civil", ha advertido en un claro aviso tanto a independentistas como al propio Pedro Sánchez. Dice que estará "ojo avizor" cuando en el otoño, que "será intenso", se discutan "presupuestos y escenarios presupuestarios con Europa".
No son pocos los que esperan que lo de Page vaya en serio y no se quede en llamativas frases para la galería, sobre todo entre ciertos sectores PSOE y entre los que consideran que el sometimiento de Pedro Sánchez al independentismo traerá consecuencias muy negativas para el futuro de España, y no solo en lo económico.