Los populares han irrumpido con fuerza en el panorama político de Castilla-La Mancha, teñiendo de azul el mapa de poder local y provincial gracias a sus triunfos electorales en numerosas ciudades y pueblos de la región. Unos resultados en los que VOX será el bastón necesario en el que se tendrá que apoyar el PP si quiere gobernar en los municipios ganados en minoría tras las elecciones del pasado domingo. De la quema se salva en la región Emiliano García-Page, que por los pelos retiene el poder por mayoría absoluta en Castilla-La Mancha, una excepción socialista en el país tras el descalabro sufrido en otros territorios gobernados por el PSOE, y que manda de nuevo a Paco Núñez a la oposición, a la espera de poder comprobar, en el caso de prolongar su presidencia, si a la tercera va la vencida.

Engullido por los populares casi al completo el voto de Ciudadanos en Castilla-La Mancha, junto al fracaso sufrido por Unidas Podemos en la región -no ha sido una excepción en el país-, poblaciones importantes en esta tierra cambiarán de gobierno municipal en los próximos días. Ciudad Real, Toledo, Albacete, Talavera de la Reina, Guadalajara, Puertollano, Hellín, Bolaños de Calatrava, Quintanar de la Orden, Seseña… son algunas localidades donde los votos de VOX serán imprescindibles si el PP quiere formar gobierno en estos municipios.

Mientras la derecha se compacta, la izquierda se fragmente y se reparte apenas unas migajas, las elecciones del 28-M han servido al partido de Santiago Abascal para tejer una amplia red territorial y reafirmarse como tercera fuerza política del país. La gran prueba para el PP se presenta ahora en la forma de gestionar la presencia de VOX en todos estos gobiernos municipales, provinciales y autonómicos, uno de los grandes asuntos políticos en los próximos días. Un vuelco de poder territorial en favor del PP que hasta el pasado domingo su presidente, Alberto Núñez Feijóo, rehuía manifestar públicamente cualquier acercamiento con la formación de Abascal. Mas ahora tendrá que decidir, pues los votos de VOX resultan imprescindibles para lograr muchos gobiernos municipales y autonómicos en todo el país.

Ya lo anunció Abascal en su mitin de cierre de campaña, el viernes pasado en Toledo, instando al presidente de los populares a nombrar un interlocutor válido para negociar con su partido. “¿Con cuál de los 17 PP hablamos? ¿Quién es el interlocutor? ¿Quién está al otro lado? ¿Quién dirige ese barco?”, se preguntó. La coalición PP-VOX se convierte así en una formulación obligada de inciertas consecuencias. Veremos cómo se desarrolla el enunciado pues el próximo 23 de julio, con la convocatoria anticipada de elecciones generales, tiene su primer examen.