El Comentario EL LADO BUENO DE LAS COSAS

Billy Wilder y otras alegrías para tiempos de crisis y confinamiento

27 marzo, 2020 00:00

Billy Wilder, la mejor comedia del mundo

Billy Wilder es la comedia, el ingenio, la risa. El talento total. Tal vez sea el gran director de la alegría en la historia del cine, o al menos del desenfado, siempre con su carga de profundidad y su punzada pero también con su enfoque vitalista y de celebración de la vida. Ahí está “Con faldas y a lo loco”, una obra maestra que es puro divertimento. Wilder es la voluntad permanente por quitarle hierro al mundo y observar al ser humano desde una óptica digamos trascendentalmente intrascendente, buscando más allá de lo aparente y dejando la verdad desnuda al descubierto, pero siempre con su hilo de comedia. Hay que tomarse menos en serio a uno mismo y relativizar este pasar por la vida nuestro, y Billy Wilder despliega toda su inmensa inteligencia cinematográfica, inagotable y feroz, para llevar su visión de las cosas a ese punto en el que sólo podemos reír. Sonreír al menos. Y sentirnos tan divertidos y no tan en el centro del universo. Cualquier película de Wilder es una vacuna contra el egocentrismo y una inyección de felicidad. Y la búsqueda de la paradójica verdad sin acritud, con ternura. Relatividad, mesura, descongestión, vitaminas contra el pesimismo, aunque a veces, como en “El apartamento” el regusto agridulce y melancólico nos quede tan adentro. Dieciocho años sin Billy Wilder. Siempre nos quedará Billy Wilder.

Natalia Lafourcade, una estrella en el cielo azul

La gran estrella musical de México aquí y ahora. Pero grande y universal como sus canciones, tan pegadas a la tierra y a la vez tan tocando a todo el mundo. Natalia Lafourcade escribe y canta composiciones preciosas, unas alegres, otras menos, unas de amor, otras de separaciones y distancias, pero a mí todas me parecen una celebración de la vida, con esos músicos tan entregados y esas letras tan apasionadas y a ratos arrebatadoras. Lafourcade es pasión tranquila. Esa música tan bonita y tan bien tocada que canta de forma aparentemente tan sencilla pero con elegancia y sutileza a manos llenas. Llevo una larga temporada, la verdad, detrás de estas tiernas canciones y esas letras que me gustan tanto, y esa voz tan personal e inconfundible que ha sabido construir su propio estilo y su grandeza. Sobre el escenario, por lo que veo en sus vídeos, Natalia Lafourcade es una estrella total en el cielo azul, brillando al punto que, de tanta clase, me enamoro al perder. Supongo que en México la adoran, en España hay mucha gente que también. Busca sus canciones y ten la voluntad de disfrutar la vida y celebrarla, aunque sea desde el encierro, la tragedia y la libertad prestada de estos días. Tu corazón lo necesita.

Natalia Lafourcade - Tú sí sabes quererme (en manos de Los Macorinos)

Arthur Schopenhauer, el arte de ser feliz

No es que la obra de Arthur Schopenhauer, y su propio carácter turbulento, vayan a ser ahora ningún ejemplo de felicidad y de optimismo en la historia de la filosofía y la literatura, pero yo no voy a entrar en eso. No estoy preparado y he leído poco a Schopenhauer, y además tiene mala fama en el gremio de las almas alegres que se mueven por el mundo, pero paradójicamente tengo que centrarme, porque es bueno en estos días, en un librito suyo que tengo siempre a mano y que releo a salto de mata cuando el día amanece gris y se despliega la tormenta: se llama “El arte de ser feliz”, lleva por subtítulo “Explicado en cincuenta reglas para la vida” y es un pequeño pero útil y sencillo manual con un montón de buenas ideas para mirar el horizonte azul y verle la cara a la esperanza. No es lineal, ni condescendiente, ni gratuitamente banal en busca de mensajes fáciles o sensibleros. Todo lo contrario, es directo y contundente, duro y reflexivo, y exige esfuerzo mental y sentimental del lector, pero tiene en la alegría su objetivo y habla muy claro de lo que somos y del lugar que le corresponde a la felicidad. “Nada hay -dice Schopenhauer- que pueda sustituir tan perfectamente como la alegría a cualquier otro bien… Por ello debemos abrir todas las puertas a la alegría, cuando sea que llegue. Porque nunca llega a deshora”. Es difícil, lo sé. Esforcémonos en la medida de lo posible.

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