La semana que decide todo empieza con un debate que sentará a los cinco candidatos de las principales formaciones políticas que concurren a las elecciones autonómicas. No está mal, aunque uno hubiese preferido más encuentros, tertulias o charlas y por qué no decirlo, hasta un cara a cara entre las dos principales figuras. Sin embargo, nos contentamos con esto y el sensacional trabajo que realizan los compañeros de CMM y su directora al frente, Carmen Amores, todo un prodigio de la televisión y una maga de los cátodos, como la Bola de Cristal. Así veremos a Page, Núñez, Picazo, Gascón y Moreno intercambiar propuestas, ideas y métodos, esperando que nadie baje al barro y le dé por transitar los círculos y demonios del insulto. Los electores de esta región no se lo merecen y sí, en cambio, un debate lúcido que pueda disipar algunas de las incógnitas con que se llega a la última semana.

Page, que es el presidente y quien más se juega, lleva una campaña fuerte, arrolladora, con su marcada personalidad por delante. Le han puesto varios cepos en el camino y en alguno ha caído, pero se ha levantado rápido y apenas se tienta la ropa. Es rápido, ágil y mitinero; no repara en prendas y tampoco mira atrás. Si algo sale mal o no a la altura de lo esperado, hacia adelante; siempre hacia adelante. Lo del día de Azuqueca fue una metedura de pata que el pedrismo se encargó de amplificar por todos sus canales mediáticos y opinadores a sueldo. El sanchismo no descansa ni dormido y menos si el contrario se mete en un jardín sin flores, como le pasó a Page. Pero alza pronto la cabeza y mira al frente. Solo la vuelve para recordar a Cospedal y sus obras. Emiliano es un huracán en sus mítines y levanta al personal de los asientos. A veces se lleva a Javi, su hermano, como el día de Puertollano. Pedro lo confundió con el presidente y le dio la mano y los “buenos días, Emiliano”. No es tan listo Pedro entonces ni tiene tantas luces si no sabe distinguir un hermano de otro, aunque sean gemelos. Page tiene la oportunidad esta semana de matar y ganar al sanchismo a un tiempo. En su inteligencia, capacidad y sabiduría estarán las claves.

Núñez ha hecho una campaña ortodoxa, tranquila, meditada y muy bien arropada. El otro día bajó Aznar a Cuenca y ha recibido ya los apoyos de Feijóo, Ayuso y Moreno. Es un hombre de partido indudable, de una nobleza soberbia y una entrega descomunal. Se ha reunido con todos los colectivos de la región y eso se nota estos días en las convocatorias, actos y mítines. Estas jornadas de campaña no sé si se levanta a las seis o sencillamente no duerme. También va con la moral alta, consciente de que tiene una oportunidad única. Ganar a Page sería una consagración nacional indudable y lo haría un barón de referencia. Pero quizá, antes debiera pactar con Vox. Y aquí aparece Moreno, al que conocí la semana pasada y me dio buena impresión. Hombre serio, responsable, de palabra, muy al estilo Vox, promete al menos, sentido común y pocos disparates. Dice que el modelo es Castilla y León y eso tiene cosas a favor y otras en contra. No obstante, los de Vox son la voz de su amo, Abascal, que vendrá el viernes a cerrar campaña a la “Imperial Toledo”, como me dijo Inés Cañizares el otro día en la radio. Otra cabeza privilegiada –la de Cañizares-, que topará con Charly y Tolón en unas municipales espectaculares que se decidirán también esta semana. Mila lleva las de ganar, pero no las tiene todas consigo.

Y Gascón y Picazo, que completan la terna de autonómicos y que fueron antorcha, como sus formaciones, de la nueva política. Sin embargo, ha avejentado más rápido que ninguna y ambos partidos parecen llegar ya al canto del cisne. No puedo dejar de notar, sin embargo, a Esteban Paños, el candidato de Ciudadanos al ayuntamiento de Toledo. Qué entrega, qué ejemplo, qué sensatez y qué bravura ante la vida y un cáncer de páncreas. El otro día en la radio contó cómo fueron los dos años de amargura, de lucha sin cuartel, de lágrimas hacia adentro. Y nos emocionó y recordó que la asignatura más importante es la vida. Por eso, aunque estemos en la semana que decide todo… después vendrá otra tan importante como esta. Cada día es la flor que se nos entrega para regarla y vivir en eterna primavera. Aun en la política.