Los políticos, tanto ellos como ellas, ganan en elegancia y porte cuando ejercen cargos de relevancia. Les pasa a los ministros. Pero también a los consejeros de los gobiernos autónomos. Sin ir más lejos, a los de Castilla-La Mancha. Y ha sido lo mismo con gobiernos socialistas de los tiempos de Bono y de Page como con el ejecutivo "popular" de Cospedal. Las mujeres han sido especialmente cuidadosas en ese aspecto. Los hombres, limitados por el protocolo en cuanto a recursos de vestuario, suelen ser más grises y, en muchos casos, anodinos.

Algunas de las políticas nacionales han llegado a ser protagonistas, habitualmente con polémica, en páginas de revistas reservadas al ámbito de la moda, el corazón y lo frívolo. Recordamos los posados de Soraya Sáenz de Santamaría, Cospedal, Elena Valenciano o Tania Sánchez…, sin olvidar la portada para Vogue de todas las ministras de Zapatero. 

Con tanto estilo o más, pero ejerciendo la función de sus cargos respectivos en este caso, hemos visto esta semana a dos de nuestras políticas más relevantes fotografiadas con elevadas dosis de encanto y naturalidad. A la alcaldesa de Toledo, Milagros Tolón, protegida bajo el paraguas del Rey Felipe VI a la salida del museo de Santa Cruz, con motivo de la inauguración de la exposición “Alfonso X: el legado de un rey precursor”, una muestra con la que la ciudad que le vio nacer hace 800 años pretende homenajearlo. El día lluvioso que acompañó al acontecimiento hizo que el monarca ejerciera de paragüero oficial de la jornada, sin que se le cayeran los anillos por ello, con el presidente Emiliano García-Page, a la entrada, y con Milagros Tolón, a la salida.

El estilismo de nuestras políticas se elevó días después a niveles internacionales con la presencia de la consejera de Economía, Empresas y Empleo, Patricia Franco, en Cannes para asistir al MIPIM, el gran salón inmobiliario europeo. Hasta la ciudad gala se acercó la siempre cordial consejera para promocionar “el potencial de Castilla-La Mancha para albergar grandes proyectos de inversión en sectores diversos”.

A Patricia Franco la vimos posando, ramo de flores mediante, sobre la alfombra roja del Palacio de Festivales y Congresos, la misma por donde cada mes de mayo desfilan las actrices y actores más relumbrantes del firmamento cinematográfico mundial. Franco no competía en estilo con nadie, pero sí en trabajo y en gestión para traer a Castilla-La Mancha inversores internacionales que colaboren en el desarrollo económico de nuestra comunidad. Ella ha estado detrás de algunos de esos grandes proyectos empresariales que están por venir o que ya han llegado a la región. En el MIPIM, al parecer, también se han abierto buenas perspectivas de futuro. Y la alfombra roja de la glamurosa ciudad de la Riviera ha sido testigo de ello.