Pedro Labrado, exportavoz de la agrupación local de Podemos Toledo, ha vuelto a tener una desafortunada intervención en las redes sociales publicando un cartel en el que se hace una lamentable insinuación sobre el concejal de Cultura del ayuntamiento de la capital castellano-manchega, Teo García. Todo ello al hilo de la polémica suscitada, un año más, sobre el acto de jura del dogma de la Inmaculada por parte del consistorio, en el que intervino dicho concejal socialista.
A juicio de Labrado, en el equipo de gobierno que capitanea Milagros Tolón "se olvidan de la separación Iglesia-Estado y de que no representan a toda la ciudadanía toledana y deciden ir a comerse las babas del obispo en un acto rancio tradicional de los tiempos de la Inquisición y hablar en nombre de todos los toledanos y todas las toledanas, incluidas las que han sufrido abusos por parte de clérigos de esa secta, incluidas todas las personas demonizadas por esa secta por su orientación sexual, incluidas todas las que en resumidas cuentas no pertenecen a esa secta". En consecuencia, tacha de "inmaculado ridículo de Teo García y de todo el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Toledo" y sentencia que en Toledo gobiernan "el obispo y la hostelería".
Además de los insultos, frases como la de "comerse las babas del obispo" o consideraciones como la que califica a la iglesia católica como "secta", Labrado reproduce en su cuenta de Twitter una imagen con el hastag #hablemosdetoledo con la foto del concejal Teo García y una serie de términos insultantes como "el rancio meapilas" o el concejal delegado en "terraplanismo, superchería, olor a rancio, sotanas resudadas y comebabas de obispo". 
La frase más desafortunada es la que dice que "preocupa que sea delegado de infancia y se mezcle con clérigos de la secta católica", una lamentable insinuación contra el concejal y contra la propia iglesia. Merece todo respeto la opinión de este polémico exportavoz de Podemos sobre la relación de los poderes públicos con la Iglesia católica, que seguramente no vería mal si se tratara de otras iglesias, o al menos no dicen nada en referencia, por ejemplo, a la musulmana. Personajes como este, con formación y en algún momento con responsabilidad en un partido político, pierden el norte y la credibilidad cuando manejan como único argumento el insulto y la chabacanería más ramplona.