El caso Cifuentes ha dividido al PP entre los que esperan que dimita cuanto antes y los que no quieren forzarla a hacerlo desde el partido. Entre los primeros estaría el coordinador general del partido a nivel nacional, Fernando Martínez-Maíllo, y entre los segundos la secretaria general, María Dolores de Cospedal, que está siendo la más activa en la defensa de la presidenta de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, en una declaraciones de Maíllo recogidas ayer por Europa Press, éste negaba que haya un choque con Cospedal subrayando que hasta el 7 de mayo, fecha tope para el debate de la moción de censura que ha presentado el PSOE, pueden pasar "cosas", por lo que ha recalcado que “no hay una decisión tomada” y que antes de hacerlo explorarán “todas las posibilidades”.

El dirigente del PP ha asegurado que su partido tiene que ser “justo” y, por lo tanto, no van a “tomar una decisión sin haber explorado todas las posibilidades para solucionar” este asunto y dar “estabilidad” al Gobierno de Madrid. Además, ha dejado claro que el caso de Murcia no es el de Madrid porque “queda un año para las elecciones” y Cifuentes “no está imputada” como sí que lo estaba Pedro Antonio Sánchez.

En cuanto al hipotético choque con Cospedal por este caso del que hablan algunos medios, Maillo lo ha negado: “Para nada. Yo lo único que hago es cumplir con mi obligación. Tengo un encargo que está basado en mantener ese contacto con el PP de Madrid y con Ciudadanos. Ése es mi trabajo y por eso soy coordinador general bajo la dirección de la secretaria general y el presidente”, ha asegurado, para insistir en que tienen hasta el 7 de mayo para tomar una decisión, tanto el PP como Ciudadanos.

En el PP de Castilla-La Mancha están viviendo el caso Cifuentes con preocupación, sobre todo en Guadalajara. No es solo la división interna que está creando en el partido, que en la región es imperceptible, sino por los efectos electorales que puede tener de cara a las autonómicas y municipales del próximo año. Especialmente preocupante es para los "populares" de Guadalajara, que esperaban que el efecto Madrid redundara en su beneficio gracias a la gestión positiva que está haciendo Cristina Cifuentes en la Comunidad vecina y a la buena imagen que proyectaba. Al cambiar las cosas para la presidenta madrileña la onda expansiva también puede llegar a Guadalajara, pero ahora de forma negativa.