Buenos Humos

Una ferianta de Criptana en Moncloa

26 mayo, 2021 00:00

A Ana Iris Simón, una periodista salida de la Complutense, nacida en Campo de Criptana, criada en Ontígola y que ha hecho de su libro Feria una de las sorpresas editoriales de la temporada literaria, la invitaron el otro día a Moncloa a uno de esas representaciones que la factoría Iván Redondo maneja con maestría. En fin, lo sabido, reunir a unos cuantos escritores, opinadores e intelectuales para añadir al discurso del Plan 2050 unas cuantas caras que acompañen la foto. Seguro que alguien pensó que la voz directa e ingenua de Ana Iris sonaría bien en la Moncloa.

La cosa se torció, a Ana Iris, la hija de la Ana Mari, la cartera de Seseña, le salió la voz crítica de los Simones, sus abuelos del PCE de siempre, y se plantó allí, en plena factoría Redondo con un discurso de reivindicación del mundo rural, de la promoción de la natalidad nacional y una visión, muy de su “Feria”, sobre una emigración pensada “para que nos paguen las pensiones.” El de Ana Iris fue uno de esos relatos directos entre el lenguaje del Pascual Duarte y el de Manolito Gafotas, que si no descolocó al primer guionista, al menos alteró la sustancia del acto. Casi nadie habló de una España que algunos verán dentro de treinta años, y sí de las cuatro verdades a lo Ana Mari que allí soltó la hija de los carteros y la nieta de los feriantes. Las redes sociales hicieron el resto y ahí está el video en este mismo digital para contarlo.

Ana Iris es de los Simones de toda la vida en el campo, por parte de padre, y de los Bisuteros, feriantes por parte de la Ana Mari, que es su madre. Su “Feria”, es ante todo un libro donde habla una joven que ha cumplido su sueño de tener un título universitario, que viene de los Colegios e Institutos de pueblo, que mira de dónde viene y que se siente, como tantos universitarios sin expectativas laborales ni un futuro medio al que agarrarse. Lo mejor de su “novela de no ficción”, si así la quieren llamar, es su capacidad para seguir siendo una chica de Ontígola que habla como tal y que nos presenta el mundo que ha vivido con una frescura, una sencillez y una sensación de autenticidad ante la que es difícil no reaccionar.

En la Moncloa, Ana Iris lo ha vuelto a hacer, ha hecho hablar a “la Ana Mari”, a su abuela María “Solo” y ha trasladado de nuevo lo que los Bisuteros pensaban en su kiosco de feria.

Claro que, como ocurre casi siempre en la vida, las soluciones aparentemente fáciles y lógicas, a las que llegan Manolito Gafotas, la Ana Mari, Ana Iris, o Miguel Ángel Revilla no lo son, ni mucho menos, como cualquiera puede comprobar. Eso sí, gracia nos hacen.