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Memorias de Salvador de Madariaga

16 febrero, 2019 00:00

Las Memorias de Salvador de Madariaga Rojo (La Coruña, 1886 – Muralto, Suiza, 1978) abarcan el periodo desde su ingreso en 1921, como asesor temporal en la recién nacida Sociedad de Naciones de Ginebra, hasta el comienzo de la Guerra Civil en 1936.

Aunque había estudiado ingeniería en la Escuela Politécnica y la Escuela Nacional Superior de Minas de París, solo ejerció como ingeniero durante unos pocos años en España en la Compañía de Ferrocarriles del Norte porque pronto encontró su vocación en la literatura, el periodismo y la diplomacia. El dominio de varios idiomas y las relaciones familiares tuvieron mucho que ver con un cambio de rumbo que comenzaría en su estancia en el Reino Unido durante la I Guerra Mundial. En 1921, año en el que comienzan estas memorias obtendría un puesto de asesor temporal en la Sociedad de Naciones que se prolongaría como funcionario permanente hasta 1927 y que sería fundamental en el curso de su carrera política. Una carrera que tendría su culminación durante la II República en la que, además de representante español en Ginebra, sería designado embajador de España en los Estados Unidos de Norteamérica y en Francia. en las primeras Cortes constituyentes de junio de 1931, sería elegido diputado por La Coruña y tres años después formó parte del gobierno de Lerroux como ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes y durante un breve periodo como ministro de Justicia. El comienzo de la guerra le sorprendió en su cigarral de Toledo y en el mes de agosto salió de España con destino a Ginebra para incorporarse de nuevo a Ginebra. Solo volvería a España tras la muerte del general Franco, en 1976, durante un breve periodo.

Las presentes memorias, escritas en 1972 y publicadas en España dos años después, supusieron, el comienzo de la aparición de una visión de España alejada de esas dos Españas, irreconciliables nacidas de la Guerra Civil. Salvador de Madariaga fue un liberal  colocado enfrente de los dos grandes totalitarismo que dominaron la época y uno de esos raros representantes de lo que se vino a llamar la tercera España.

Las Memorias están organizadas en tres grandes apartados : “Funcionario internacional”, dedicado a su labor en la Sociedad de Naciones entre el 1921 y el 1927; “Interludio académico”, sobre su paso por la Universidad de Oxford, sus conferencias y cursos en Estados Unidos y sus relaciones con la Dictadura de Primo de Rivera; y “Crisis, conflictos, conferencias”, en los que se entra de lleno en la actividad desplegada sobre todo en el exterior y sus experiencias de gobierno como ministro de la República, suponen un recorrido plagado por los grandes personajes y los grandes sucesos internacionales y nacionales de la época.

Su experiencia republicana, como la de tantos liberales alejados de los extremismos que acabaron con ella, tienen el valor de la ecuanimidad y de la persona que vivió aquellos sucesos y es capaz de juzgarlos sin la ceguera del apasionamiento. Solo con mirar el índice alfabético, las fotografías y los documentos añadidos como apéndice, el lector tiene una idea de lo mucho que encontrará entre sus páginas.

Curiosas las entrevistas con Alfonso XIII y Franco. Curiosas también algunas observaciones y apuntes sobre Unamuno, Ortega y Gasset y tantos otros compañeros y adversarios de la época. Impagable la visión desde dentro que Madariaga da de los principales conflictos internacionales que marcaron una época.

Una curiosa confesión sobre su militancia política en la II República: “En cambio, por el lado si no derecha, centro-derecha, si se me hicieron indicaciones. Los radicales necesitaban gente, sobre todo en la plana mayor. Entonces fue cuando, uno de los aláteres de Lerroux me declaró sin ambages que si me hacía francmasón y radical Lerroux me entregaría el partido. Le contesté que esa era una razón más para no hacerme francmasón.”

Don Salvador, también se atreve a denunciar la estafa que supusieron las elecciones de febrero de 1936, que los últimos estudios históricos han ratificado aún con mayor rotundidad. Mucha sustancia en las memorias de un liberal que pocas veces se casó con alguien y que a su vuelta junto a don Claudio Sánchez Albornoz levantó ampollas en su interpretación de los años republicanos que les había tocado vivir. Una recuperación que vale la pena.

 Salvador de Madariaga. Memorias. 1921-1936. Editorial Espasa Calpe. 1974. 762 páginas. A partir de 9 € en librerías de viejo en internet.