Cuenca. 10:37 de la mañana.
Centro de Salud.
—Pase por esta ventanilla.
—Hola, buenos días.
—¿Qué desea?
—Verá, es que por la aplicación no puedo pedir cita con mi médico y necesito que me activen una medicación que debo tomar a diario.
—Es que su médico está de vacaciones y hasta el 1 de agosto no tiene asignado a nadie.
—¿Pero habrá algún otro médico que me pueda activar la medicación en la tarjeta?
—No, eso no se puede hacer.
—¿Cómo dice?
—Solo hay un médico para todo el centro de salud, no nos ponen sustitutos para las vacaciones y no le puedo dar cita.
—¿Y entonces qué puedo hacer? Necesito tomar la medicación cada día.
—Pues vaya a su farmacia habitual e intente que se la den sin receta.
Ojalá este diálogo fuera parte de una ficción.
Cuando he salido del centro de salud, solo tenía un pensamiento con forma de pregunta, que es la que titula esta columna. Está muy bien que Emiliano García-Page trate de rescatar a su partido del estercolero moral en el que lo ha depositado Pedro Sánchez; pero antes de eso, quizá debería solucionar los problemas inmediatos de los ciudadanos de su región.
Empezando por la evidente falta de médicos que hay en los centros de salud, donde no se cubren las vacaciones y con listas de espera muy superiores a las de regiones como Madrid. Sí, donde gobierna la presunta desfalcadora de lo público Isabel Díaz Ayuso, asediada por manifestantes que deben desconocer que, apenas unos kilómetros más abajo, la situación es mucho peor.
Y no es solo que no haya médicos, es que la gestión de los medicamentos para enfermedades crónicas es una broma pesada. A los médicos les imponen unas limitaciones incomprensibles a la hora de recetar esos tratamientos, que el paciente tiene que renovar cada dos por tres. Por no hablar del sistema informático del Sescam, que en 2002 ya debía de estar anticuado.
Claro que todas estas cosas deben de ser más aburridas que ir a Antena 3 a atizarle a Óscar Puente. Que eso está muy bien, no se me malinterprete, pero toda esa campaña en los medios nacionales solo tendrá sentido cuando antes tenga el presidente bien gestionado lo suyo.
—Entonces, me está diciendo que me tengo que ir a negociar con la farmacéutica para que, incumpliendo, la norma, me de la medicina sin receta.
—Sí.