Inaudito. ¿Qué le está pasando a España? En los últimos días hemos visto cómo se convocaban cacerías contra el "moro" en un clima de casi preguerra civil ondeando la bandera de la inmigración; mientras Vox se sienta plácidamente para ver cómo sigue creciendo en intención de votos en nuestro país.

El problema no es la nacionalidad, es el número de neuronas en el cerebro. Una persona coherente no pega una paliza a un anciano, quema a su novia el 95% de su cuerpo o viola a una mujer y se hace un selfie para subirlo a internet. Me da igual que sea de Marruecos o de Burgos, el hecho es el delito.

Es ahí donde está el verdadero problema, en la sociedad que estamos creando y jaleando desde las redes sociales. En una sociedad mentalmente sana tendría que estar terminantemente prohibido consumir este tipo de contenido, es más, debería estar penado por ley. ¿Qué puede tener en la cabeza alguien que ve el vídeo de una paliza a un anciano?

Si a todo esto nos encontramos partidos políticos que lo alientan en un lado del tablero y otro que lo evangeliza en el extremo contrario, tenemos una España absolutamente partida, fragmentada y con rabia en los ojos por lo que sólo se analiza desde un punto de vista.

Y por supuesto, en el centro de toda la polémica encontramos la necesidad de legislar de forma dura, de endurecer lo suficiente los delitos para que generen un efecto coactivo. Hoy en día, la única realidad es que delinquir en España sale muy "barato".

¿Cuántas personas no deberían estar penadas y castigadas en todo lo relacionado con el caso de Torre-Pacheco? ¿Cuánto estarán en la cárcel los autores materiales de la paliza? Me temo que menos de lo que merecerían por los daños ocasionados.

¿No habría que sancionar igualmente a los promotores de la cacería?, ¿y a los que daban un like a los que vieron el vídeo fake de la paliza? Todos merecerían una sanción que les borrara la sonrisa de satisfacción de la cara; ya que esta forma sólo servirá para polarizar aún más a la sociedad.

Y la misma realidad se produce cuando un perturbado viola a una joven y la obliga a hacerse un selfie. Yo no le llamaría "enfermo", eso quizás sirva sólo como atenuante en un juicio. La realidad es que alguien ha roto la vida de una chica de 21 años, la realidad es que recordará lo que le pasó cada vez que alguien saque un teléfono móvil, la realidad es que temblará cada vez que esté con su pareja en una relación íntima.

En definitiva, esa chica no sufrió sólo los minutos de la violación, lo hará durante muchos años, quizás durante toda su vida y como tal debería ser el castigo.

Quizás de esa forma, si se endurecieran las penas en el código penal y si los políticos remasen juntos en este tipo de actos, lograríamos un efecto intimidador que evitaría delitos como los que estamos viendo y, sobre todo, el asentamiento de las dos Españas.

No entro a valorar cuál de los dos polos es el correcto, pero sí tengo la certeza de que necesitamos parar, reflexionar y actuar y eso no se consigue ni de cacería ni bendiciendo todo lo que hacen los inmigrantes, ya que de una forma o de otra estaríamos mintiendo.

Señores políticos, si no son capaces de entender algo tan sencillo como esto, simplemente nos sobran.