Comienzo esta columna a la manera de Saber y Ganar. Atención, pregunta: ¿Quién es Paula Sevilla López de la Vieja? Pista gorda: es deportista de élite y de Castilla-La Mancha, más concretamente de La Solana. Llevo tres días sin parar de pensar en ella (y en todas sus compañeras). ¡Qué grandes son!
Paula corre mucho -y muy rápido-, tanto que el pasado 11 de mayo consiguió ganar la medalla de oro y batir el récord de España en la disciplina de relevos 4x400 metros de los World Relays -Relevos Mundiales-, celebrados en la ciudad china de Guangzhou, la antigua Cantón.
Pero no se queda ahí la cosa. Este oro le llegó tan solo media hora después de colgarse la plata con el equipo femenino de 4x100. Insisto, son muy grandes.
Y puedo seguir hablando de Paula. Por ejemplo, que ella fue el denominador común en la victoria de los dos equipos. Participó en los 100 con Esperança Cladera, Jaël Bestué y Maribel Pérez y en el 400 junto a Eva Santidrián, Blanca Hervás y Daniela Fra.
No sé, querido lector, si ya conocía las andanzas de Paula y sus compañeras, o si, como yo, se ha enterado de ellas en los últimos días. En mi caso, las vi en un par de informativos y como invitadas en La Revuelta. Algo que me hizo darme cuenta de que lo que habían hecho debía ser realmente importante. Y es que, estará conmigo, en que no es normal ver la combinación de chicas y atletismo en la tele, y menos en prime time.
Podría aprovechar esto último para sacar pecho con esto de que las chicas también podemos, o poner en valor el in crescendo del deporte femenino, pero me voy a centrar en algo que me llamó más la atención: las palabras de Paula tras acabar estas dos carreras, con sus dos medallas todavía al cuello. Su discurso no se centró ni en lo bien que lo había hecho ni en el esfuerzo realizado; sus primeras palabras fueron para expresar lo contenta que estaba por haber vivido este momento con sus compañeras, de la confianza que tienen las unas en las otras y de lo importante que es el equipo.
Aunque la moraleja parece a priori fácil y repetida, en la praxis no funcionamos así. Por eso, gracias Paula por recordarnos que el trabajo en equipo provoca cosas buenas y apliquémonos de una vez el cuento el resto. Algunos tacharán esta afirmación de pesimismo, pero, para mi desdicha, la lectura diaria de la prensa me ha llevado a estar convencida de que, como sociedad, no desaprovechamos ninguna ocasión para generar discordia, y que todo el propósito de enmienda que hacemos cuando viene alguna catástrofe en forma de COVID, Filomena o Dana, se desvanece a la primera de cambio.
Me declaro fan de Paula Sevilla y de su equipo, no solo porque ganan, sino porque saben hacerlo. La próxima cita con estas atletas será en Madrid en unas semanas. Desde aquí mucho ánimo. Respecto al resto, ¿aprenderemos en algún momento la lección del trabajo en equipo y la confianza en el otro? Se verá.