Lamento comunicarle querido lector que este inicio de 2025 no ha solventado mi cada vez más preocupante ‘escepticitis aguda’, enfermedad que surge una vez cumplidos los 40. El último brote me dio hace tan solo unos días, tras leer en este mismo digital el anuncio de la construcción de un aparcamiento público para 800 vehículos en el Parque de la Vega. Y es que, hasta que no lo vea…
Sobre el papel, el proyecto no pinta nada mal: 800 plazas de aparcamiento para vecinos y turistas y una modernísima zona de ‘distribución de última milla', que según leo es un espacio pensado para que los camiones que suministran a los locales del Casco dejen su carga, que pasaría después a una flota de vehículos eléctricos para su reparto final. Todo ello, claro está, conservando la zona verde y de ocio del Parque de la Vega y listo para ser inaugurado en menos de dos años (antes de que acabe 2026). Vamos, lo que viene siendo la cuadratura del círculo.
El primer ‘pero’ que le veo a este proyecto es su intención de convertir la rotonda de Bisagra y sus alrededores en un nodo logístico en miniatura. ¿Se imaginan esta zona a las 8 de la mañana de un día laborable cualquiera? Camiones saliendo por un lado, furgonetas eléctricas subiendo y bajando por otro… Solo espero que al Catalino se le ocurra poner en marcha un autoservicio de churros, al menos podremos desayunar en el ‘ratito’ que nos toque estar parados, bien por el tráfico, bien por las obras.
En cuanto a los plazos, no me salen las cuentas. ¿Un proyecto de aparcamiento de 6 plantas, aún sin redactar, construido en menos de 24 meses? Basándome en la experiencia de otras obras toledanas, yo a este aparcamiento le doy, al menos, un par de añitos más. ¿Se acuerda usted, querido lector, de los 20 años que costó tener un nuevo hospital, los diez del Palacio de Congresos o la ‘historia interminable’ de obras como la del Quixote Crea? Pues eso.
Pero lo que más me preocupa es la convicción con la que se dice que no se van a encontrar restos arqueológicos en la zona. Este proyecto limita por un lado con del Hospital de Tavera, por otro con la ya citada puerta de Bisagra y se encuentra en medio del camino que uniría el circo romano con el anfiteatro, que los estudios localizan en el barrio de Covachuelas… Y para más inri, el aparcamiento va a tener vistas al yacimiento de la Vega Baja. Con estas referencias, no descarto que estas obras terminen pasando a la historia como aquellas en las que se encontró la mítica mesa del rey Salomón.
Si pidieran mi opinión, yo me iría a otro lado a montar este aparcamiento. Lugares hay. ¿Qué les parece el edificio del Toletum? Desnivel hay para aburrir en esta zona… Sí, ya sé que ahora el edificio está ocupado por los estudiantes de Arquitectura, pero, estarán conmigo en que, por mucho que se emperren, este no puede ser el destino definitivo de este grado universitario. Y mucho menos teniendo -como tenemos en Toledo- un campus como el de la Fábrica de Armas.
Tiro el guante: si antes de que acabe 2026 se da la doble circunstancia de que el aparcamiento está terminado y cumple con todo lo anunciado, prometo por mi conciencia y honor escribir una columna desdiciendo lo dicho en esta. Se verá.