Un arranque de Navidad tan multitudinario como no se recordaba en la ciudad. Las calles del Casco Histórico de Toledo, a lo largo de este punte de la Constitución y la Inmaculada, están abarrotadas de turistas y toledanos ávidos de empaparse del espíritu navideño que impregna las estrechas callejuelas de la capital de Castilla-La Mancha.

Pese a que el Consistorio toledano este año ha repartido los mercadillos, ferias y actividades a lo largo y ancho del barrio, además de haber habilitado tramos peatonales de sentido único para regular el tránsito a pie, las aglomeraciones se han convertido estos días en una tónica habitual en varias zonas, sobre todo entre Zocodover y el Ayuntamiento, el Puente de Alcántara o la Puerta de Bisagra.

Tanto es así que el equipo de gobierno ha decidido, para evitar riesgos, que los autobuses urbanos no lleguen hasta Zocodover, cambiando su cabecera a Gerardo Lobo.

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    Mercadillo navideño y carrusel en la Plaza del Ayuntamiento

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    Panorámica de la Plaza del Ayuntamiento, con la Catedral al fondo

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    Cientos de visitantes en la zona del Arco de Palacio

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    Otra imagen de peatones junto a la Catedral

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    Un río de personas accede a la Plaza del Ayuntamiento

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    Policía Local y Protección Civil vigilan la zona para evitar incidentes

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    El Ayuntamiento ha establecido un recorrido de sentido único para facilitar el tránsito peatonal

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    Vallas instaladas para regular el paso de personas

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    La calle Hombre de Palo, repleta, es de sentido único obligatorio

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    Una multitud desciende desde la calle Comercio hasta las Cuatro Calles

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    Las Cuatro Calles, punto neurálgico

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    La calle Comercio es la vía principal del Casco Histórico de Toledo

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    Decenas de personas a las puertas de la confitería Santo Tomé

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    La zona de Santo Tomé es otra de las más concurridas

Javier Longobardo