Unión de Uniones estima que la producción agraria de Castilla-La Mancha se reducirá entre un 20 y un 25 % en 2017, debido principalmente a la sequía, que ha provocado que haya cosechas cortas en las principales producciones de la región, y a otros fenómenos meteorológicos.

En un balance que ha hecho del año 2017, la organización agraria ha indicado que los principales cultivos de la región se han visto afectados en la primera mitad del año por episodios tormentosos con heladas y pedriscos que afectaron al cereal, viñedo, almendro y ajo, fundamentalmente y sobre todo en la parte oriental de la región y también en la Mancha toledana.

A ello se ha unido la sequía prolongada durante todo el año, que ha provocado reducciones importantes en las cosechas de uva, que arrojará una producción de 19 a 20 millones de hectolitros (-20 %), y cereal que se ha quedado en los 2,6 millones de toneladas (-40 %).

Queda aún por determinar lo que sucederá con el olivar, cuya recolección también apunta corta, del orden de 90.000 toneladas, ha avanzado Unión de Uniones.

Así, de la producción agraria de la región, que se mueve en un entorno de 4.500 millones de euros anuales, la aportación agrícola ronda los 2.800 millones de euros, "de los que fácilmente se podría perder en 2017 de un 20 % a un 25 %", ha añadido.

A esta reducción, habría que sumar una cierta bajada en las producciones animales, más los sobrecostes en alimentación de la importante ganadería de extensivo de la región ante la escasez de pastos, ha advertido Unión de Uniones, que ha considerado que ni la Consejería de Agricultura, ni el Ministerio "han estado a la altura de la grave situación de sequía, amparándose en el seguro agrario".

En el apartado de los precios percibidos por los productores, en cereales, aún manteniéndose a niveles superiores al año pasado, "la abundancia mundial los ha mantenido tensionados y no han sido buenos", sobre todo a la vista de la poca cosecha en España.

Lo contrario, según la organización, ha sucedido con el vino, que inició subidas acabando el verano porque la reducción de la producción en Castilla-La Mancha y España ha venido acompañada de cosecha históricamente baja en el ámbito de la Unión Europea y mundial.

En el sector de aceite, "la campaña ha ido, dentro de lo que cabe, como una balsa", ha apuntado Unión de Uniones, ya que ha mantenido precios superiores a los del año anterior, pese a la moderación de precios a los que se han visto sometidos en los últimos meses.

A su vez, el melón tuvo un mal arranque de campaña con precios de 0,10-0,14 euros el kilo, lo que suponía prácticamente la mitad de lo que cuesta producirlos, aunque remontó al final hasta colocarse entre los 0,28 a 0,36 euros por kilo, según categorías, mientras que la sandía, que empezó con el mismo precio que el melón subió muy levemente casi al cierre de la campaña.

Acaba "el sueño de la almendra"

Además, Unión de Uniones ha lamentado que en 2017 "hemos despertado del sueño de la almendra, que ha llegado a caer hasta rondar peligrosamente los 4 euros kilo para la variedad común en grano, con recortes de hasta el 40 %".

Otro tanto ha ocurrido con el ajo, prácticamente se desplomó desde el mes de mayo, cerrando el año del orden de un 25 % más bajo que el pasado por las mismas fechas.

En ganadería, el vacuno de carne y el porcino "han luchado con algún éxito por salir de la crisis de años anteriores", aunque el porcino "ha perdido fuerza desde el verano" y está ahora por debajo de las cotizaciones de 2016.

El cordero, por su parte, "no se ha desenvuelto mal, pese a que curiosamente el precio está bajando en las proximidades de Navidad, que es cuando debería subir", ha indicado Unión de Uniones.

Y el vacuno de leche ha arrastrado la misma crisis que en el resto de España, manteniéndose, pese a las ligeras mejorías con precios aún por debajo o apenas compensando los costes productivos, lo que ha contagiado también al ovino de leche, cuyos precios han caído en torno a un 30 % desde principios de año, ha señalado Unión de Uniones.