Un grupo de turistas pasea por la plaza de Zocodover, en Toledo.

Un grupo de turistas pasea por la plaza de Zocodover, en Toledo. Javier Longobardo

Economía TURISMO

Castilla-La Mancha suma un 56,5 % más de noches de hotel que en 2000 y supera el dato de otras tres regiones de interior

En el último cuarto de siglo, el turismo en la comunidad autónoma crece con más intensidad que en Castilla y León, La Rioja y Extremadura.

Más información: Suben un 11 % las pernoctaciones en hoteles de Castilla-La Mancha en abril: "Es el mejor dato de la serie histórica"

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Las noches de hotel contratadas por los turistas que han visitado Castilla-La Mancha en los seis primeros meses de 2025 se han incrementado un 56,5 % respecto al mismo periodo del año 2000.

Entre enero y junio, el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha contabilizado 1.990.252 pernoctaciones en la comunidad autónoma, frente a las 1.271.885 estancias que se produjeron un cuarto de siglo atrás en el primer semestre.

El aumento que ha registrado la región evidencia el buen momento de una actividad económica pujante y con margen de mejora en la región, pese a no disfrutar de litoral.

Además de Castilla-La Mancha, las comunidades autónomas de Aragón, Castilla y León, Extremadura, La Rioja, Madrid, Navarra son los únicos territorios de interior de España.

Las regiones que no disponen de salida al mar han encontrado más dificultades para el desarrollo turístico en un país que durante décadas ha consolidado un modelo exitoso a partir del binomio de sol y playa.

Elementos como el patrimonio, el folclore, la gastronomía o la oferta de museos han languidecido frente al atractivo de la costa, un patrón que las comunidades sin mar han tratado de cambiar.

Si se comparan los datos de estancias hoteleras correspondientes a los primeros semestres de 2000 y 2025, se observan crecimientos relativos de dos dígitos en las siete comunidades autónomas de interior.

En el caso de Navarra y la Comunidad de Madrid, las últimas cifras conocidas duplican a las pretéritas. Las pernoctaciones en la comunidad foral se han disparado un 114,2 %, hasta las 963.225 noches disfrutadas.

Una tasa muy similar, del 113 %, se observa en el caso de Madrid, aunque las cifras absolutas de la región en la que se ubica en la capital de España alcanzan una magnitud muy superior a la del resto de comunidades.

Los hoteles madrileños han vendido algo más de 13,5 millones de noches de hotel en los seis primeros meses del año. En el mismo periodo del año 2000, la cuantía ascendía a unos 6,3 millones.

Tanto para Madrid como para Navarra se adivinan una serie de factores que no se producen en el resto de comunidades autónomas. Por una parte, la explosión turística de la capital se nutre de un importantísimo aporte de extranjeros y de su excelente conexión aeroportuaria.

En Navarra, se intuye la cercanía con la costa cantábrica y Francia como uno de sus atractivos; también se sugiere el final del terrorismo como otro elemento coadyuvante.

Mejor entre las parecidas

Entre el resto de regiones sin costa, Castilla-La Mancha ha sido la segunda con un mayor crecimiento proporcional del turismo. Solo Aragón, con un alza del 66 %, mejora los datos. En el antiguo reino, se han acumulado 2,7 millones de pernoctaciones hasta el ecuador de 2025.

Así, el dato castellanomanchego ha rebasado los registros parciales de Castilla y León, Extremadura y La Rioja. Las dos primeras, además, comparten límites autonómicos y una serie de características comunes: su notable extensión, una cierta dispersión poblacional y la conjunción de ciudades patrimoniales con pequeños enclaves con interés para el turista.

Las estancias hoteleras que se han contabilizado en Castilla y León han rozado los 4 millones hasta junio. El repunte de sus cifras respecto a 2020 es del 54,6 %, un volumen apenas inferior al de la otra Castilla.

Un despegue menor se ha producido en La Rioja, la comunidad autónoma menos poblada de España. La contratación de hospedajes en esta región ha subido un 48,6 %, hasta rozar el medio millón de noches.

Por su parte, Extremadura ha registrado la menor subida entre los espacios del interior peninsular, un 48 %. Entre enero y junio se han producido algo menos de 1,2 millones de pernoctaciones.

Una evolución favorable

El análisis comparado entre los dos periodos escogidos supone una muestra parcial que requiere de un foco de mayor longitud para confirmar las tendencias que se apuntan. En todo caso, los datos del turismo en Castilla-La Mancha sí corroboran el salto adelante descrito: en 2024, por primera vez en la historia, se superaron los 4 millones de estancias hoteleras.

Asimismo, se han acumulado tres millones largos en los años precedentes, tanto antes como después del parón por la pandemia. En los primeros años del siglo XXI, la cifra más habitual rondaba los 3 millones.

No obstante, y más allá de este parámetro -el de las pernoctaciones- meramente cuantitativo, cabe reseñar la importancia del gasto por turista como otro elemento determinante en la valoración de la salud del turismo en cada territorio.