El CF Talavera de la Reina y el Formac Villarrubia se repartieron los puntos en un partido que comenzó más que interesante, pero que se fue apagando conforme se consumían los minutos. Y es que el temor a perder fue atenazando a ambos equipos, que finalmente dieron por bueno el empate a uno cosechado.

Fue el conjunto local el que más presencia tuvo en los primeros minutos, teniendo la pelota y desconectando a un Villarrubia que se esforzaba en las tareas defensivas. Incluso, tuvo que agradecer la ayuda de la fortuna en alguna oportunidad, como en un balón de Álvaro Sánchez que acabó pegando en la madera.

Sin embargo, en medio de este dominio cerámico, pasado el primer cuarto de hora, llegó el 0-1 de los visitantes. Una indecisión en la zaga local permitió al Villarrubia lanzar un balón largo que acabó con un pase en profundidad sobre la posición de Nando Copete. El delantero enfiló completamente solo la portería talaverana, se marchó con elegancia de Barbero y marcó con elegancia el primer tanto del derbi.

Aunque fue un duro golpe, no le hizo demasiada mella al CF Talavera. En parte, porque los cerámicos empataron prácticamente en la jugada siguiente. Una acción por la izquierda acabó con un balón al corazón del área que Reguera se encargó de empujar en boca de gol en el minuto 18

Todo empezaba de nuevo y otra vez era el Talavera el que tomaba el mando de las operaciones. Sin embargo, con menos claridad que en el tramo inicial, hasta el punto de que se llegó al descanso con una ocasión para el Villarrubia. Fue gracias a una falta directa ejecutada por Fran Minaya que acabó en saque de esquina; en ese córner posterior, con el mismo lanzador como protagonista, el balón terminó pegando en el poste.

Segunda Mitad

En la segunda parte, la intensidad vista en la primera se fue diluyendo con el paso de los minutos. Fue el Talavera, eso sí, el que más pudo merecerlo, al gozar de varios acercamientos peligrosos para cobrar ventaja en el marcador. Pero el dominio no resultaba tan evidente como en el inicio del choque y el Villarrubia se sentía cómodo con la igualada.

Todo ello a pesar de que los visitantes se llevaron algún susto, como en una jugada tras un saque de banda en la que el balón no logró despejarlo la defensa adecuadamente. De hecho, fue Andriu el último que intentó quitarse la pelota de encima, saliendo su golpeo hacia atrás y obligando a intervenir a Samu Diarra.

Fue la ocasión más clara de los cerámicos, que lo intentaron hasta el final en un duelo que fue perdiendo brillo y donde sólo Héctor se animó a intentarlo, con un cabezazo demasiado tímido como para alterar el definitivo 1-1 con el que acabó el derbi.