La extraordinaria belleza de la fotografía ha provocado que se haya viralizado rápidamente en las redes sociales. No lleva ni una semana circulando pero en Twitter acumula más de 11.000 'me gusta' y en Instagram casi 1.500. Y es que a todo el que la ve se sorprende al contemplar una Luna llena de gigantescas dimensiones que parece emerger de los históricos y reconocibles molinos de Campo de Criptana (Ciudad Real), en el corazón de la Mancha.

En esta instantánea, el imponente tamaño que muestra el único satélite natural del planeta Tierra convierte en minúsculos y desvalidos espectadores a los molinos que Don Quijote confundió con gigantes. La inmensa mayoría de los usuarios de Twitter califican la foto como "espectacular" o "preciosa" pero otros tantos tuiteros no han tardado en pensar mal, como era previsible. "Impresionante imagen, sí, lástima que no sea una fotografía real" o "Felicidades a los astroficicos de la NASA que han conseguido acercar la órbita lunar a un cuarto de lo normal" han sido algunos de los mensajes de los incrédulos. 

El autor explica el proceso

Pero no hay montaje de por medio. EL DIGITAL ha hablado con el artífice de la obra, el fotógrafo aficionado Pedro Madrigal, que ha explicado cómo es posible tomar una fotografía de estas características. "Es un juego de perspectiva, al fin y al cabo. La Luna siempre mide lo mismo pero parece más grande porque, a medida que te vas a alejando, son los edificios los que van pareciendo más pequeños", asegura. Se trata (y que nos perdonen los especialistas por una explicación tan poco precisa) de enfocar al satélite terrestre y que los puntos de referencia visual que se interponen entre el astro y la cámara fotográfica den la sensación de ser muy pequeños. Para conseguir el efecto óptimo deseado, más allá de la indispensable pericia del autor, se necesitan tres ingredientes fundamentales: planificación, un teleobjetivo y la distancia adecuada.

"Hacemos una planificación con algunas aplicaciones especializadas y conseguimos ver por dónde va a salir la luna, a qué hora y el punto de referencia que quieres tomar, que puede ser cualquier edificio, por ejemplo", asegura Madrigal, que desde hace tres años y medio se apasionó por la fotografía después de comprarse una cámara con la que inmortalizar los mejores momentos de un viaje familiar.

A cinco kilómetros de los molinos

En el caso de la espectacular imagen de Campo de Criptana, este ingeniero madrileño utilizó un teleobjetivo 100-400 y, junto a varios compañeros conocedores de la zona, se situaron en un paraje a cinco kilómetros de distancia de los molinos: "Necesitas una línea recta para alinear la luna con los molinos, encontrar un punto en el que estés alineado con el edificio o edificios de referencia y que no te lo tapen ni remontes, ni árboles, torretas de alta tensión o cables. El disparo tiene que ser limpio".

Pero no solo eso es suficiente, porque la climatología también es determinante. Madrigal ya trató hace un mes de conseguir la misma foto, pero regresó a Madrid de vacío. "Había nubes y ya vi la luna salir desde muy arriba, así que la fotografía ya no tenía gracia", cuenta. Ahora la experiencia ha sido mucho más positiva y para ello ha contado con el apoyo de otros cuatro fotógrafos aficionados, dos madrileños como él y dos más conocedores de la comarca de la Mancha, naturales de Criptana y de Mota del Cuervo.

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Ahora la preciosa imagen está circulando por los teléfonos móviles de toda España gracias a las redes sociales, algo de lo que el autor de la instantánea no ha sido consciente hasta hace un par de días, puesto que el tuit que se ha viralizado lo subió Andrea, una usuaria que él no conoce personalmente pero a la que ya ha dado las gracias por haberle dado a conocer de forma masiva. La imponente foto, desde luego, no es para menos.