Eduardo Camavinga en El Clásico del Camp Nou de Copa del Rey

Eduardo Camavinga en El Clásico del Camp Nou de Copa del Rey Europa Press

Fútbol EL CLÁSICO

La 'master class' de Camavinga: el lateral improvisado de Ancelotti que desarmó a Xavi

El francés cuajó una actuación espectacular en el Camp Nou en su regreso a la banda izquierda secando por completo a jugadores como Raphinha. 

6 abril, 2023 17:51

El Real Madrid consiguió una victoria histórica en el Camp Nou este miércoles. Los de Ancelotti, que partían con la desventaja del partido de ida en el Santiago Bernabéu (0-1), tenían la difícil misión de remontar el resultado adverso para sacar su billete hacia la final de la Copa del Rey. Y lo consiguieron a través de una exhibición antológica. 

Cuatro goles que destrozaron la moral de un equipo que venía lanzado tras consolidar su liderazgo en La Liga, título que tienen en la mano. Sin embargo, contaban con hundir al Real Madrid y lanzarse a por un doblete que ahora tienen imposible tras esta eliminación. 

El partido entre el conjunto azulgrana y el equipo merengue dejó muchos nombres propios. Las polémicas acciones de un Gavi sobrepasado, la exhibición goleadora de un Karim Benzema renacido o el recital de un Vinicius en modo estrella. Sin embargo, hubo otro jugador del combinado madridista que, sin ser clave en el rendimiento ofensivo del equipo, sí fue clave en el devenir del encuentro. 

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Fue Eduardo Camavinga. El mediocentro francés del Real Madrid realizó un partido colosal. Fue un muro por la banda izquierda. Protegió su carril como si fuera uno de los mejores laterales del mundo y dio la razón a la arriesgada decisión de un Carlo Ancelotti que buscó una solución provisional a un problema recurrente este año: las lesiones de Ferland Mendy

La decisión de Ancelotti

Carlo Ancelotti sorprendió con su plan de inicio. Pocos esperaban lo que en principio era el plan más lógico. Alineó juntos a Toni Kroos y a Luka Modric con el alemán en labores de pivote. Los que querían jubilar a la mítica pareja merengue tendrán que esperar un día más. Junto a ellos, los tres delanteros de la plantilla y el comodín de Fede Valverde que hacía de nexo entre la punta y la medular mientras echaba una mano a Dani Carvajal por la banda derecha. 

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El libreto de 'Carletto' continuó con otra decisión clave que fue la apuesta por Eduardo Camavinga en el lateral izquierdo. Ante la ausencia de Ferland Mendy por lesión, el entrenador italiano tenía muchas opciones. Podía apostar por Antonio Rüdiger de central y Alaba de lateral. O incluso por Nacho, en cualquiera de las dos demarcaciones. 

Sin embargo, el técnico se la jugó por el joven centrocampista francés y la apuesta le salió redonda. El partido de Eduardo Camavinga fue un auténtico espectáculo. Digno del mejor lateral izquierdo del mundo, pero con la particularidad de que el galo no es lateral, sino mediocentro, y de que solo tiene 20 años. No obstante, le sobran madurez, valentía y personalidad. 

A pesar de que tenía enfrente a un Camp Nou que apretó como nunca, Camavinga no se arrugó lo más mínimo. Y aunque tenía delante a uno de los jugadores con mayor desborde del fútbol español, Raphinha, se mostró implacable. Una muralla infranqueable que aguantó todos los ataques. 

Raphinha y Camavinga se vieron las caras en multitud de duelos y todos cayeron del lado del francés. El extremo brasileño lo probó en velocidad, regateando en estático, pegado a la línea de banda y también en la de fondo. Pero Camavinga cortó todos y cada uno de los recortes, amagos e intentos de dribling que realizó el exjugador del Leeds United

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El centrocampista del Real Madrid, a pesar de estar fuera de posición, supuso una pesadilla para el Barça. El plan de Xavi hizo aguas porque perdió su mayor fuente de desborde y desequilibrio. Por lo tanto, no encontró espacios en ataque. Con Gavi en la banda izquierda, aquel carril quedó a expensas de lo que Alejandro Balde pudiera generar en velocidad ante una defensa merengue muy poblada. 

A Ancelotti le salió el plan a la perfección, ya que consiguió maniatar a su rival en ataque con un simple movimiento de fichas. Además, ganó calidad en la salida de balón y mayores opciones para empezar elaborando desde abajo. Es cierto que Camavinga no tuvo mucho protagonismo en ataque, pero cumplió con su cometido a la perfección. 

Eduardo Camavinga juega un balón ante Ferran Torres en El Clásico de Copa del Rey

Eduardo Camavinga juega un balón ante Ferran Torres en El Clásico de Copa del Rey Europa Press

Ya lo adelantó 'Carletto' en la previa: al lateral izquierdo le pedimos cosas diferentes. Con un jugador por delante como Vinicius, el futbolista que aparece a su espalda tiene que saber aguantar la posición y tener cabeza tanto en ataque como en defensa. Muchos esperaban que esa función fuera realizada por Nacho Fernández, pero Camavinga superó todas las expectativas. Nadie que se acercó por aquella banda, en la segunda parte fueron jugadores como Ansu Fati o Ferran Torres, consiguió crear un mínimo de peligro. 

Por si esto fuera poco, Camavinga dio un auténtico recital de aprendizaje. Empezó recibiendo un golpe que a punto estuvo de mandarle al banquillo por lesión. Pero se repuso y comenzó su exhibición cerrando en centros laterales por ambas bandas, siendo un seguro en las contras del Barça, estando siempre atento al movimiento de los centrales para cerrar a su espalda y acudiendo a la ayuda siempre que era necesario gracias a su velocidad y a su poderío físico. 

Un recital en números

El partidazo de Camavinga no pasó desapercibido para nadie. Pero no solo fue una cuestión de sensaciones y de momentos, sino que fue también una exhibición basada en números. Las estadísticas del francés también ayudan a explicar cómo secó a jugadores como Raphinha. El brasileño tuvo auténticas pesadillas en el Camp Nou. 

Camavinga fue un seguro en defensa, pero también en la construcción. Jugó seguro cuando tenía que hacerlo, sin meter en problemas al equipo, y arriesgó cuando tuvo oportunidad. No falló ni un pase en todo el partido y cerró su concurso con un espectacular 33 de 33. Además, introdujo cinco pases que rompieron líneas rivales, el que más de todo el choque junto a Toni Kroos. 

Camavinga siendo atendido por los servicios del Real Madrid.

Camavinga siendo atendido por los servicios del Real Madrid. REUTERS

En defensa fue un auténtico escudo. De los 14 duelos en los que se enfrascó consiguió ganar 10, más que nadie en todo El Clásico. Nadie defendió más y mejor que un Camavinga desatado. Además, fue también el líder en despejes defensivos, con siete, y en entradas limpias, con ocho. Y cerró su colosal carta de estadísticas sin cometer una sola falta. Sencillamente imperial. 

Sin Ousmane Dembélé y con un equipo armado por banda izquierda, Xavi confió en Raphinha para su carril diestro con el que pretendía desequilibrar al Madrid de Ancelotti para, a partir de ahí, atacar en superioridad. Sin embargo, no contaba con la 'master class' que tenía preparada un chaval de 20 años dispuesto a comerse el mundo.