Un móvil fotografiando el sol

Un móvil fotografiando el sol Kabiur Rahman Riyad Unsplash El Androide Libre

Trucos

"La ola de calor puede dañar permanentemente tu móvil": las acciones cotidianas que tienes que evitar para que no se funda

Cuando la temperatura ambiente es muy alta es mejor cuidar el móvil y fijarnos en el uso que hacemos de él para que no se dañe.

Más información: Evita que tu móvil se destroce en la playa: los cuatro consejos que siempre doy cada verano

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Con termómetros superando los 40 °C en media España, incluyendo el norte, el calor abrasador es mucho más que un problema de incomodidad y deshidratación.

Aunque el proceso de fabricación es extremadamente avanzado y se les someten a todo tipo de pruebas, los smartphones no están diseñados para soportar temperaturas excesivamente altas.

La evidencia científica y las propias marcas confirman que el calor es un gran enemigo de la electrónica de bolsillo, en especial de los teléfonos móviles inteligentes, dado que los usamos constantemente.

El 'talón' de las baterías de litio

La inmensa mayoría de móviles utilizan químicas similares en las baterías, que suelen ser de celdas de iones de litio. Esta composición sufre a partir de 35 °C y si se usan de forma constante en ese rango de temperatura, las baterías pierden hasta un 20 % de capacidad en la mitad de ciclos previstos.

Es más, rebasados los 60 °C se abre la puerta al temido thermal runaway, una reacción en cadena que hincha la celda y puede terminar en daños irreparables.

La Universidad Complutense de Madrid ha modelizado este fenómeno y halló que, cuando la temperatura ambiente pasa de 40 °C, la superficie de la batería puede dispararse 15 °C más durante una carga rápida.

“Si se alcanzan 70 °C internos, el separador polimérico empieza a fundirse; el cortocircuito está a la vuelta de la esquina”, advierte el equipo de la UCM. Esto hace que sea aconsejable no cargar de esa forma los móviles en según qué circunstancias.

Por qué tu móvil se apaga

Apple, Samsung y otros gigantes tecnológicos establecen rangos de funcionamiento seguros entre 0 y 35 °C. Si el termómetro sube, los sensores térmicos dan la voz de alarma.

El teléfono reduce la frecuencia del procesador, baja el brillo de la pantalla y, por encima de 45 °C internos, puede detener la carga o apagarse por completo. De hecho, muchos móviles muestran un aviso cuando eso pasa.

Móvil ardiendo

Móvil ardiendo El Androide LIbre

Un escenario muy común es el de estar usando Google Maps o Android Auto en verano, con el móvil al sol, y el sistema apagándose para no dañar el hardware permanentemente.

Esa desconexión forzosa evita daños mayores, y también puede verse cuando grabamos vídeo, sobre todo en 4K, resolución que requiere de mucha más potencia y, por ende, de más energía.

Además, cada grado extra agrava un fenómeno llamado “fuga térmica” en los chips, donde la corriente se dispersa y genera calor adicional, un círculo vicioso de sobrecalentamiento.

El salpicadero es criminal

Dejar el smartphone sobre el salpicadero del coche equivale a meterlo en un pequeño horno. De hecho, mediciones de la DGT reflejan que el interior de un coche puede superar los 60 °C a los 20 minutos de aparcar bajo el sol de julio en España.

Móvil en un soporte de coche

Móvil en un soporte de coche Álvarez del Vayo El Androide Libre

A esa temperatura, la carcasa puede ablandarse y el adhesivo que sujeta la pantalla OLED perder rigidez, creando “manchas” permanentes en el panel.

Además, la batería puede aumentar la temperatura y su volumen, dañando otros componentes internos. Esto es algo que cada vez se ve menos, pero puede seguir ocurriendo.

La Comunidad de Madrid va más lejos e incide en el peligro de dejar aparatos electrónicos en vehículos durante alertas de nivel 2.

Cuando el software es tu salvavidas

Los fabricantes han desplegado una artillería de parches y algoritmos. Pixel Adaptive Thermal, Samsung Thermal Guardian o el Modo Alto Rendimiento Inteligente de Oppo incluyen rutinas que monitorizan el calor y bajan potencia en tiempo real.

En la capa física, las cámaras de vapor, que son finas láminas metálicas con líquido refrigerante, se han convertido en estándar en la gama alta, bajando hasta 15 °C los picos internos durante partidas intensas. Pero nada de esto sustituye a las precauciones básicas del usuario.

Manual exprés para sobrevivir a la ola de calor

En nuestro día a día, solo hay que tener en cuenta ciertas recomendaciones para usar nuestros móviles, sobre todo en lugares donde hace mucho calor o en semanas como las actuales:

  • Sombra y ventilación. Guarda el móvil en un bolsillo interno o bolso, nunca expuesto directamente al sol.
  • Quita la funda si es muy gruesa y notes que supera 40 °C.
  • Evita cargas rápidas entre las 13 h y las 18 h salvo en lugares refrigerados. La carga genera calor extra; reserva la recarga completa para la noche.
  • Baja el brillo de la pantalla. Menos nits implica menos grados.
  • No metas el móvil en el congelador. El choque térmico crea condensación y puede dañar la placa base.
  • Esperar es adecuado. Si aparece la alerta de “temperatura demasiado alta”, apaga el dispositivo y déjalo unos minutos a la sombra.
  • Nunca lo dejes en el coche. Un habitáculo al sol calienta más rápido el smartphone.
  • Actualiza siempre. Los parches de firmware suelen optimizar la gestión térmica.

Mirando al futuro

La industria avanza hacia baterías con ánodo de silicio-carbono, más resistentes al calor, y chipsets fabricados en 3 nm que disipan más energía. Pero la primera línea de defensa seguirá siendo el comportamiento del usuario. A corto plazo, los algoritmos y la refrigeración activa son parches eficaces, pero no milagros.

En un país que rompe récords de temperatura cada verano, cuidar el móvil ya no es una cuestión de capricho tecnológico: es proteger un pequeño ordenador donde guardamos datos, fotos y documentos importantes.

El calor envejece la batería, fuerza apagados y, en casos extremos, convierte el terminal en dispositivo con riesgo de incendio. La buena noticia es que los gestos preventivos son sencillos y, sobre todo, gratuitos. Sombra, carga moderada y sentido común.