La era de los algoritmos

La era de los algoritmos

El Androide Libre

La era de los algoritmos

Cuando buscamos algo en Google o cuando vemos House of Cards. Los algoritmos en la vida cotidiana están en cada rincón sin que muchos se den cuenta.

15 mayo, 2015 13:01

No fuimos pocos los que en los últimos años de colegio nos tocó hacer matemáticas aunque ya nos habíamos decantado por una carrera de letras. Uno de los temas que tocaba estudiar eran los algoritmos, y una de las frases que se oía en esas clases era «y eso ?me servirá de algo en la vida real?». Pues bien, los algoritmos en la vida cotidiana nos rodean, y con el tiempo estos irán tomando cada vez más y más importancia.

¿Pero qué es un algoritmo? La RAE -que limpia, fija y da esplendor- lo define como un «conjunto ordenado y finito de operaciones que permite hallar la solución de un problema» y en otra acepción como «método y notación en las distintas formas del cálculo». La Wikipedia amplía algo más esta explicación: «es un conjunto prescrito de instrucciones o reglas bien definidas, ordenadas y finitas que permite realizar una actividad mediante pasos sucesivos que no generen dudas a quien deba realizar dicha actividad. Dados un estado inicial y una entrada, siguiendo los pasos sucesivos se llega a un estado final y se obtiene una solución».

Hace unas semanas Internet andaba revolucionada. ¿La razón? Google había decidido cambiar el algoritmo que usar para ordenar los resultados de las búsquedas. Muchos podrían pensar que cuando introducen porno «El Androide Libre» en la caja de búsqueda de Google un montón de elfos se ponían a trabajar a la velocidad de la luz para enviarte los resultados, pero eso en realidad es trabajo de un complejo algoritmo: Pagerank.

Los algoritmos en la vida cotidiana nos rodean silenciosamente

Unos pequeños cambios podían enviar a quienes ahora aparecen entre los primeros resultados a la página 37, y eso para quienes nos ganamos la vida escupiendo contenido por la red podía significar poco más o menos que la muerte. Google quería ajustar sus resultados para dar más visibilidad a quienes tenían su web adaptada a la navegación con dispositivos móviles. Mobilegeddon, lo llamaron.

Por si Google no fuese un bicho importante a la hora de distribuir el contenido de Internet, Facebook se subió al carro y también decidió modificar el algoritmo para mostrar más publicaciones de tus amigos y menos de las páginas a las que sigues, que pasarían además a mostrarse en una parte más baja del feed. Otro algoritmo que forma parte de tu vida cotidiana y que ni lo notas hasta que deciden cambiarlo y se empieza a hablar del Facebookeddon.

Básicamente, cada vez que haces alguna acción on-line lo puedes hacer gracias a una serie de algoritmos que cada vez son más y más complejos. Cuando envías información encriptada (como datos bancarios), al introducir cualquier contraseña, estás usando algoritmos o cuando usas un lector de CDs o DVDs una serie de algoritmos corrigen posibles errores de lectura. Hay  algoritmos en la vida cotidiana hasta en el último rincón. Pero su capacidad va mucho más allá  pueden llegar a sustituir al hombre en tareas que pueden parecer impensables.

El lobo de Wall Street es un ordenador

Hace ya tiempo que los algoritmos han tomado Wall Street. Desde que en 1998 la Comisión de Valores de Estados Unidos  autorizó los intercambios electrónicos de valores la negociación de alta frecuencia ha cobrado una importancia fundamental en los negocios bursátiles. Los inversores pueden realizar operaciones a partir de las sugerencias de un algoritmo, pero también pueden permitir que estos actúen sin intervención humana alguna. Este tipo de algoritmos se llaman «caja negra» ya que todo el proceso de toma de decisiones está oculto en su código.

Los ordenadores analizan y procesan la información y efectúan operaciones a una velocidad que los humanos no podemos ni imaginar, en muchas ocasiones los valores son comprados y vendidos de nuevo en apenas una fracción de segundo, además no están influidos por emociones que puedan llevar a decisiones equivocadas. Actualmente, el 75% de la actividad de los mercados globales la efectúan estos algoritmos.

House of Cards, una serie «ideada» por un algoritmo

Pero no se limitan a cálculos matemáticos fríos. Algo tan humano como es la idea que da lugar a una serie de televisión puede ser producto de un algoritmo. Cuando Netflix decidió dar el paso a producir productos propios analizó los hábitos de consumo de sus millones de usuarios. El logaritmo respondió con tres elementos: Kevin Spacey, David Fincher y los dramas políticos de la BBC. Como estaréis imaginando, estas tres pistas llevaron a la producción del remake de la serie británica House of Cards, desarrollada por Fincher y protagonizada por Spacey que acabó convirtiéndose en la primera emitida directamente a través de Internet en ganar un premio Emmy.

Si te dedicas a una profesión artística y te sientes a salvo de ser sustituido por una máquina estás bastante equivocado, porque los algoritmos ya son capaces de escribir incluso poesía. El economista Phil Parker, por ejemplo, ya ha desarrollado programas que son capaces de replicar las fórmulas mentales que quienes escribimos aplicamos a la hora de arrejuntar palabras y son capaces de escribir un libro completo en apenas unos minutos. La mayoría de títulos que han escrito los programas de Parker son de no ficción y se centran en temas muy concretos, pero, como hemos dicho, también se han atrevido con unos versos. Estos programas pueden tardar años en crearse, pero básicamente una vez los tienes pueden hacer libros como churros. Y a mi me alucinaba la capacidad de Stephen King para sacar un libro detrás de otro.

e-David, el algoritmo artista

Y si te dedicas a la pintura, también tienes competencia algorítmica. e-David es un robot desarrollado por la Universidad de Costanza que parte de fotografías para luego crear sus propias obras utilizando varios tipos de brocha y de pinturas. En vez de programarlo para que fuese el mejor pintor posible, e-David fue ideado para que fuese capaz de aprender de las técnicas usadas por pintores humanos para luego desarrollar las suyas propias. e-David incluso firma sus obras. ¿Y los historiadores del arte? Un algoritmo encontró influencias entre autores que ningún humano había visto.

Pero igual nos estamos yendo demasiado lejos, hay más algoritmos en la vida cotidiana. Seguramente hayas mandado algún currículum en los últimos años, es posible que ya seas lanzador olímpico de currículums. Pues es bastante probable que este haya sido analizado por un algoritmo que realiza la primera criba antes de pasar a manos de un ser humano. Por eso es tan importante resaltar ciertas palabras clave que pueda buscar el programa, aunque estas dependerán de cada empleo.

¿Y los periodistas? Pues los periodistas también tenemos competencia: el Los Angeles Times ya ha publicado noticias escritas por un algoritmo. Se trata de Quakebot, un programa que publica pequeños artículos a partir de la información que recibe del Servicio Geológico de Estados Unidos y lo redacta siguiendo una plantilla preestablecida. De esta manera el diario se asegura ser el primero en informar de los temblores tan habituales en la ciudad: tardan apenas tres minutos.

Pero todo esto no quiere decir que los algoritmos vayan a rebelarse y esclavizar a todos los humanos, ni siquiera dejarnos a todos en el paro, al menos no en un futuro mínimamente próximo. Su capacidad de predicción y de análisis pueden hacernos las cosas un poco menos emocionantes, pero desde luego, la vida bastante más fácil cada vez que desbloqueas tu smartphone.