Poesía

El legado y El testamento

François Villon

1 mayo, 2002 02:00

Traducción de José María álvarez. Pre-Textos. Valencia, 2002. 467 páginas, 33 euros

Fue François Villon (quizá con nuestro Arcipreste de Hita, anterior) uno de los poetas más peculiares de la neolatinidad medieval. Último vástago de la rama goliardesca, pero que ya escribía en francés (nació en París, en 1431) Villon encarnó desde la edad simbolista la imagen del primer poète maudit. En 1463 a Villon se le conmuta una pena de muerte por diez años de destierro lejos de París, donde vivía entre todo tipo de germanías: putas, truhanes, nobles... Abandona París y nunca vuelve a saberse de él. ¿No nos sugiere eso la sombra de Rimbaud?

Como sea, estos dos largos poemas biográfico-meditativos (con varias baladas incorporadas, como la famosa de "Las Damas del ayer" [jadis] como se traduce ahora, en lugar del repetido antaño) se cuentan entre las obras maestras de una literatura que alcanza quizá con Villon su madurez primera. Sabemos que el Legado se escribió en 1456. El gran testamento -más largo y su obra capital- es el de 1462. Todo se mezcla en ambos: biografía, melancolía, alabanzas, truhanería, consejos de mala vida... Vemos como Villon odia el Poder y alaba la alegría de vivir, aunque brille sobre todos la sombra de la Muerte, en un clásico clima de lo que Huizinga llamó "el otoño de la Edad Media". Dice Villon: "¿Mas dónde el valeroso Carlomagno?". El Arcipreste de Hita da la mano a Manrique.

No es la primera vez que Villon se traduce al castellano. Quizá esta versión de José María álvarez, fruto de mucha devoción y de un claro sentimiento de poeta, sea, si no la mejor, la más bella, pues devuelve a Villon lo que tuvo, lozanía, fuerza y frescura.