Novela
El señor Lugrís y la negra sombra
Luís Rei Núñez
29 mayo, 2008 02:00El señor Lugrís... es novela de clara estirpe cervantina por el fecundo empleo del recurso del manuscrito encontrado, el uso de la parodia y la ironía en la creación de humor, las múltiples referencias y alusiones intertextuales al Quijote y la deliberada mixtura de realidad y ficción en una historia que es real en lo sustantivo pero con ingredientes ficticios integrados en la esencial veracidad del relato. De las cuatro partes de que consta, la primera, "Un manuscrito aparece", cumple la función de acreditar el hallazgo del manuscrito encontrado: el narrador primero cuenta en primera persona cómo llegaron a sus manos las memorias de Lugrís.
La segunda parte constituye el cuerpo central de la novela con el texto fragmentario y desordenado de las memorias lugrisianas que el narrador lee, ordena, resume, apostilla parafrasea, comenta y aun completa con sus propias investigaciones acerca de la errante andadura tabernaria del protagonista por la ciudad herculina entre 1953 y 1964. Estas "memorias deslavazadas y en buena medida mentirosas" (p. 263) que firmaba siempre con un áncora y se multiplicaba en el heterónimo de Ulyses Fingal son completadas en la tercera parte, "La séptima vida del gato", más breve, con nuevas investigaciones del narrador primero en Vigo, donde pudo contar con los documentos del archivo caótico que una antigua amiga de Lugrís puso en sus manos y con los cuales recrea y ficcionaliza los años vigueses del pintor (1965-1973) como náufrago a la deriva entre la soledad, la bohemia y un angustioso sentimiento de fracaso. Y si en las partes segunda y tercera el narrador primero actúa como editor y comentarista de las memorias de Lugrís, narrador segundo en los fragmentos reproducidos en la cuarta parte -"Este es el secreto de Malingre"-, se renueva el procedimiento del manuscrito encontrado por medio de "El cuaderno secreto" en el que, con el narrador primero como simple editor, Lugrís cuenta la historia melodramática de su amor imposible con aquella mujer de la vida que pudo haber redimido a los dos de sus años a la intemperie.
Resulta imposible dar cuenta cabal de la riqueza de El señor Lugrís, tanto en su complejidad técnica, derramada en una artística anarquía bien controlada, como en el alcance individual de su recreación de la figura eximia y extravagante de un pintor atormentado y machacado por la dipsomanía y el nomadismo, y también en su dimensión colectiva como recreación fidedigna de la historia de la cultura gallega y del galleguismo en tiempos difíciles.