Tony Leblanc

Tony Leblanc

Ensayo

La astronáutica, propulsada por la cultura de masas

David Moriente construye en 'España, ¿me reciben?' un original ensayo en el que aborda los hitos astronáuticos a través de medios como el cine, la radio o la televisión

25 noviembre, 2020 08:00

No forma parte de nuestra tradición ni divulgar los progresos tecnológicos ni mucho menos adentrarnos en los fascinantes mundos de la ciencia ficción. Son escasos los títulos que abordan ambas materias por separado, pero menos aún los que las estudian uniéndolas y relacionándolas como lo hace España, ¿me reciben? (Ediciones Universidad de Cantabria/Ediciones de la Universidad de Castilla-La Mancha), de David Moriente. Este es el gran acierto de este entretenido y riguroso volumen, que viaja de manera documentada por los distintos soportes culturales que se hicieron eco de la astronáutica en España desde 1957 a 1989. Incluye el recorrido de Moriente la emergencia de la ciencia y la tecnología astronáuticas, la comprensión del espacio exterior como escenario de representación de los relatos y aventuras más recientes y la creación de productos narrativos de ficción y no ficción en la cultura popular de masas además del reflejo de la astronáutica en el panorama cinematográfico español del último tercio del siglo pasado.

El trabajo se publica coincidiendo con los 50 años de la llegada del hombre a la Luna, con lo que dota a sus páginas de una mayor actualidad. Si bien su análisis plasma la ciencia y la cultura españolas no faltan constantes alusiones a los hitos astronáuticos que en esencia protagonizaron los estadounidenses y soviéticos durante la Guerra Fría y su reflejo en los medios de comunicación. “El libro representa –como señala María Luisa Ortega, autora del prólogo- una excepcional brújula, guía de navegación o tabla de códigos para adentrarnos en ese territorio por momentos extraño. Ofrece al lector múltiples entradas a los referentes y las claves por las que, concitados por el espacio y su exploración, se amalgamaron la ciencia y la imaginación, la ideología y la política, la técnica y el poder, dando a luz cristalizaciones culturales que conectaban con desfases diversos la periférica España a los centros del planeta durante la Guerra Fría”.

El trabajo de Moriente retrata el imaginario colectivo de una época en la que España alcanzó importantes niveles de desarrollo

Subtitulado Astronáutica y cultura popular (1957-1989) la amena lectura de este viaje por los recientes pasajes de nuestra ciencia y cultura de masas nos lleva, entre otros, a Carl Sagan, Asimov, Ray Bradbury, Arthur C. Clarke, H. G. Wells, Neil Armstrong, Wernher Von Braun, Tintín y su Aterrizaje en la Luna, Kubrick y su 2001, Julio Verne, Flash Gordon, el radiofónico Diego Valor, Disney, Jesús Hermida y su retrasmisión televisiva, Chicho Ibáñez Serrador con sus adaptaciones de los grandes de la ciencia ficción, el Sputnik, la Suite de los Planetas de Holst, la NASA, las misiones Apolo y revistas como Muy Interesante o Amazing Stories.

No hay ni una sola parada en este riguroso homenaje a la astronáutica que carezca de interés. Tras numerosas páginas de “carrera espacial”, el trabajo de Moriente se adentra en el caso español: “Como se podrá comprobar, pronunciar o escribir en España la palabra “astronáutica”, no solamente en la precursora etapa de gestación del término, hacia los años veinte y treinta del siglo pasado, sino también durante las primeras demostraciones de su viabilidad en la década de los cincuenta, comportaba recibir miradas de reprobación, cuando no algún improperio”. Así, visitaremos de su mano el Instituto Nacional de Técnica Aeronática, creado en 1942 con una longevidad que aún perdura, o recordaremos la poliédrica figura (en tantos casos olvidada) de Emilio Herrera Linares, que se une a otros nombres más conocidos como Juan de la Cierva, Torres Quevedo o Esteban Terradas.

El ingeniero militar Emilio Herrera examina un traje espacial diseñado por él en 1935. Del libro "España, ¿me reciben?"

El autor se detendrá en la película de Jesús Aguirre El astronauta, una pieza cinematográfica que reunió a lo más granado de la interpretación del cine español, encabezando la lista Tony Leblanc, López Vázquez, Antonio Ozores y Laly Soldevila. “Estrenado a finales de diciembre de 1970 con guion de Pedro y Antonio Vich Pérez es un filme que resulta ejemplar para el presente estudio por dos motivos bien definidos: en primer lugar, porque a pesar de ser un producto cómico destinado al consumo de masas está dirigido por uno de los realizadores experimentales españoles más difícilmente clasificables; y, en segundo lugar, porque proyecta al público general la asimilación de uno de los eventos que marcó el espíritu de los tiempos —incluso en España — del último tercio del siglo XX, el primer alunizaje en 1969”. Moriente, claro, terminará contrastando El astronauta con el Calabuch de Berlanga, otro ejemplo de la progresiva influencia de la ciencia (y la astronáutica) en la cultura de nuestro país.

El trabajo de Moriente retrata, pues, el imaginario colectivo de un país y de una época en la que, empujado por una serie de avances tecnológicos y de convulsas coyunturas políticas, alcanzó importantes niveles de desarrollo. Cultura de masas y astronáutica se propulsaron unas veces por la realidad que se imponía y otras por una ficción que ensanchaba las mentes creativas a través de los medios. “España, ¿me reciben?” debería ser un manual de lectura en los colegios. Estudios así consiguen hacernos entender que ciencia y cultura son la misma cosa. Como señala Ortega: “Aunque la cultura popular y de masas en la España de las décadas consideradas en este libro haya sido objeto de múltiples aproximaciones desde diferentes enfoques teórico-metodológicos y campos disciplinares, el estudio de sus manifestaciones en la ciencia ficción o la ficción científica se ha mantenido como un reducto poco permeable a las herramientas y perspectivas académicas contemporáneas, mientras el análisis de la divulgación científica o de la ciencia popular dentro de los entramados de las industrias culturales y mediáticas sigue siendo un territorio casi virgen para la investigación en nuestro país”. Por eso, ahora más que nunca, se justifica el título de Moriente. “España, ¿me reciben?”.

@ecolote