Image: Gaudí esencial

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Ensayo

Gaudí esencial

Daniel Giralt-Miracle

10 mayo, 2013 02:00

El parque Güell, obra señera de Gaudí

La Vanguardia Ed. 256 pp. 19 e.


Aunque a las generaciones más jóvenes les pueda sorprender, no hace mucho tiempo Gaudí inspiraba un recelo, incluso una animadversión, en determinados círculos, círculos implicados con la modernidad. Tanta como admiración en otros sectores. Daniel Giralt-Miracle ha explicado que, cuando él era joven, allá por los años 60 del pasado siglo, el nombre de Gaudí inspiraba desconfianza dentro del ámbito académico y universitario. Muchos aspectos motivaban esa hostilidad: desde las convicciones religiosas del arquitecto hasta la reacción racionalista contra el modernismo, con el polémico proyecto de la Sagrada Familia como telón de fondo. Gaudí era calificado de kitsch, delirante, megalómano, anacrónico… Desde entonces, muchas cosas han cambiado y la sensibilidad hacia Gaudí se ha orientado en sentido contrario, esto es, hacia una revaloración de su figura, entre otras razones, porque se han revisado los cánones de la modernidad. Hoy Gaudí se ha convertido en una suerte de fenómeno de masas.

Y, sin duda, uno de los estudiosos que más ha contribuido a reivindicar, divulgar y popularizar la obra de Gaudí ha sido Daniel Giralt-Miracle. Una labor de largo recorrido, iniciada hace unos 40 años cuando, ejerciendo como crítico de arte, empieza a descubrir, explorar y poner en relieve la obra gaudiniana. En este dilatado proceso, se pueden señalar algunos momentos claves. A mediados de los 80, por ejemplo, Giralt-Miracle tuvo un papel decisivo en la recuperación del edificio de La Pedrera y él mismo fue uno de los impulsores de la creación, en este mismo inmueble, de un centro de interpretación sobre el arquitecto, el "Espacio Gaudí", del que fue director entre 1995 y 2000. Posteriormente, fue nombrado comisario general del Año Internacional Gaudí (2002).

Pero Giralt-Miracle no sólo ha recuperado para un mundo globalizado la figura de Gaudí, construyendo uno de sus iconos, sino que también lo ha redescubierto con unos "ojos nuevos". Al crítico le interesa especialmente la arquitectura como vivencia y en este sentido una de sus prioridades ha sido la de explorar y comunicar la experiencia de la arquitectura gaudiniana. Es decir, no se trata sólo de estudiar "la piel" o las formas externas, sino de algo más. Desde su labor en La Pedrera, Giralt-Miracle ha estimulado que el público tome conciencia del espacio, el color… Una de proyectos más significativos en esta línea fue la exposición Gaudí, la búsqueda de la forma (2002). En ella, se aproximó al universo de Gaudí no sólo a partir de maquetas, planos o dibujos, sino también de herramientas digitales que permitían explorar el trabajo estructural y geométrico del arquitecto de una manera completamente nueva. Con estos instrumentos se posibilitaba comprender la matemática interna de la obra gaudiniana, su noción del espacio y sus formas.

Gaudí esencial resume la experiencia y el saber de Giralt-Miracle sobre el arquitecto. La gran aportación de este texto es la de saber comunicar una imagen compleja y al mismo tiempo sintetizada y esencial de Gaudí, logro que no es sino el resultado de años de estudio e investigación. Y es acaso ahora, cuando Gaudí se ha transformado en un icono de la cultura de masas, cuando más difícil se hace hablar de él. Por múltiples razones: la saturación de información, el delirio de algunas interpretaciones, la superficialidad o, al contrario, la especialización de ciertas lecturas. El trabajo realizado por Giralt-Miracle consiste en un sano ejercicio de resituar su figura. Así, señala sus referencias: la dimensión simbólica y religiosa de su obra -sin caer nunca en lecturas esotéricas-, su posición conservadora, sus orígenes artesanales, su fascinación por la naturaleza… Pero, por encima de todo, lo que prevalece es el Gaudí arquitecto, un arquitecto original y genialmente creativo, creatividad cuyo sentido y alcance es el porqué de este libro.