Letras

Una flor del mal

Miquel Molina

13 junio, 2014 02:00

Destino. 349 páginas, 19 euros

Esta novela nace de la fascinación juvenil de su autor, quien en la primera lectura de Madame Bovary descubrió una referencia a cierta dama barcelonesa, que en investigaciones posteriores relacionó con un cuadro de Courbet: Spanish Woman, expuesto en Filadelfia. Miquel Molina (Barcelona, 1963) es un periodista de dilatada experiencia, autor del libro-reportaje El Everest a la hora punta. No es de extrañar, pues, que en su primera novela se haya refugiado en la personalidad de un investigador para dar forma a una trama que desvela informaciones subyugantes valiéndose de la intriga. Tampoco que haya con frecuencia referencias a la montaña. O que la obsesión por averiguar el dato esquivo sea uno de los motores del protagonista. Ni que junto a los personajes de ficción aparezcan tantas referencias reales sobre Courbet, su dama española, Flaubert, Baudelaire, los cuadros escondidos bajo otros cuadros...

Sorprenden muchas cosas en Una flor del mal: la compleja estructura, que alterna presente y pasado. Uno de los puntales de la historia es el diario que Caroline Gaillard (la supuesta dama española) escribe a mediados del XIX. Se alternan también, pues, las voces masculina y femenina, tercera y primera. Hay una reconstrucción fascinante de la relación que da pie a la historia. Del mismo modo que los lienzos esconden otras obras cuando se observan bajo rayos X, las mujeres aquí también están formadas por diversas capas. Deliciosamente impostada y misteriosa es Elisabet, personaje de la época actual que parece surgido de una novela victoriana. La propia Gaillard lo es en su deriva personal que se prolongará más allá de su muerte.

En esta primera novela, Molina ha realizado un gran ejercicio de honestidad consigo mismo y con el lector. Ha hecho literatura con sus obsesiones y sus filias, siempre desde el oficio, el esmero por el lenguaje y el buen gusto a la hora de seleccionar materiales. El resultado es una novela absorbente que seducirá a los amantes del siglo XIX, del arte y de la literatura. Y de las historias construidas con ambición y contadas con pasión.