Jesús Barranco y Lucía Juárez, en un momento de 'Asesinato y adolescencia'. Foto: Esmeralda Martín

Jesús Barranco y Lucía Juárez, en un momento de 'Asesinato y adolescencia'. Foto: Esmeralda Martín

Teatro

Andrés Lima y Alberto San Juan acuden a Fritz Lang y Carabanchel para retratar la adolescencia

Director y autor estrenan en las Naves del Español un montaje basado en 'M, el vampiro de Düsseldorf' y en los testimonios de jóvenes actuales.

28 septiembre, 2023 02:49

“Pronto vendrá el vampiro con su cuchillo y hará contigo picadillo”. Así, con esta inquietante canción interpretada por unas niñas en su patio vecinal, arranca M, el vampiro de Düsseldorf (1931), película de Fritz Lang que ha servido de apoyo e inspiración a Andrés Lima como director y a Alberto San Juan como autor para Asesinato y adolescencia, un nuevo montaje del equipo que ya participara en Prostitución (estrenada en enero de 2020 con Carmen Machi) que llega a las Naves del Español el próximo 28 de septiembre.

A diferencia de la película del director austrogermano, el asesino no es de niñas sino de adolescentes y en lugar de ocurrir en Düsseldorf el escenario de los crímenes es el Madrid de nuestros días. Un escenario, unas tablas, en las que, como en el filme de Lang, se mueven sombras y sonidos en torno a una etapa de nuestra existencia entendida por la sociedad como un momento intermedio para alcanzar la edad adulta.

Para ello, y por ello, la escenografía, creada por Beatriz San Juan, parte del mundo de M, un universo entre realista y expresionista en el que los personajes de Luis y Lucía (Jesús Barranco y Lucía Juárez) se mueven filtrados por un blanco y negro propio de los años veinte y treinta. “Hemos intentado generar un lenguaje asentado en elementos escenográficos como la videocreación, la música o la iluminación”, explica Lima a El Cultural subrayando el papel esencial que juega el coro de adolescentes.

“Hay una gran falta de educación emocional, sexual, en la sociedad que estamos creando". Andrés Lima

“Gracias a ellos y a los talleres que han precedido la puesta en escena –añade– hemos conseguido reflejar los gustos de los adolescentes actuales y meternos en sus cabezas. Estos elementos cuentan tanto o más que la palabra escrita”. Una palabra que firma el talento y la experiencia de Alberto San Juan. “Es un gran escritor”, califica Lima. Y además un compañero de trabajo con el que cumple varias décadas de amistad (incluida su etapa en Animalario): “Nos conocemos hace mucho. No cuesta nada entendernos. Muchas veces la sintonía va mucho más allá de la lógica o de la explicación”.

En el escenario de Asesinato y adolescencia se levanta un muro articulado que se mueve como un bicho acechante, como un monstruo. “La crisis económica y el auge del nazismo en Alemania y en Europa nos hacen reflexionar sobre posturas ideológicas neoconservadoras, ultras en algunos casos. Por eso es un muro articulado, negro, sobre el que se pueden proyectar luces, sombras y personajes de la obra”.

Sin los testimonios de los adolescentes surgidos en talleres preparatorios (muchos de ellos reclutados de barrios como Carabanchel) hubiese sido otra obra. Lo afirma San Juan, que califica de “coral” el texto que desarrolla estas aportaciones. “El único documento que contiene la obra son fragmentos de testimonios del grupo de adolescentes con los que trabajamos. Por lo demás, podemos decir que es una ficción no explícita. Es más poética que realista. Aunque todas esas categorías no son más que palabras...”.

Así es como pasa a primer plano del montaje de Lima y San Juan la adolescencia. ¿Qué ocurre con nuestros jóvenes? ¿Qué factores provocan la violencia juvenil? ¿Ha aumentado con la pandemia? ¿Cómo podemos actuar ante la violencia en adolescentes? ¿Se puede prevenir? “Se trata de conjugar razón y emoción. Una vez que entendemos el problema, lo sentimos, nos emocionamos o aterrorizamos con la historia”, dice Lima al tiempo que pone sobre la mesa el tema de la educación en nuestra sociedad: “Hay una gran falta de educación emocional, sexual, en la sociedad que estamos creando. El teatro debe contribuir en este proceso de educación para conseguir un mundo mejor. El aumento de nuevos suicidios, el repunte de la violencia de género son algunos síntomas de esta angustia generalizada”.

“En mi opinión –tercia San Juan–, la violencia de género puede ser cultivada desde edades mucho más tempranas. Una educación sólida en derechos humanos en un sistema educativo público acabaría no ya con la violencia de género sino con el grueso de las violencias. Pero eso no es posible porque el poder que nos gobierna, las grandes concentraciones de capital (y la interiorización individual que hacemos de esa cultura de dominio) no son compatibles con los derechos humanos y no van a permitir que se lleve a cabo esa educación”.

Así, conscientes ambos de que el teatro es una forma de conectar con los problemas de la sociedad, han puesto su mirada en adolescentes que no llegan a la marginalidad, de un estrato social medio, que han aportado la suficiente información como para darle a esta “ficción poco explícita” la credibilidad habitual de sus proyectos. Lima lo tiene claro: “Forma parte del ADN de nuestro equipo. Investigación previa, documentación y preguntas sobre lo revisado. En este caso, hablamos con abogados, psicólogos, asistentes sociales, ex Latin Kings, psicopedagogos, delincuentes habituales... El trabajo documental ha sido apasionante”.

Joseba Gil, productor de la obra, decidió acometer estas investigaciones con dos puntos muy claros que posteriormente han sido aprovechados como título: adolescencia y asesinato. Del primero nace Lucía, adolescente conflictiva, y del segundo Luis, un misterioso hombre sospechoso de asesinato y de abuso de varias adolescentes.

['Prostitución', la mercancía humana]

Los sonidos, las sombras y hasta el color de M, el vampiro de Düsseldorf se encuentran incluidos en el desarrollo de la historia. Su manera de tratar al “monstruo”, el extraño pederasta y asesino que encarna Peter Lorre, dio a Lima la idea para enfocar las características que tendría su personaje: “Entonces pensé que la obra debería conjugar el análisis documental de la violencia y la adolescencia con el thriller de suspense o incluso de terror”.

El director considera que utilizar la ficción para entender la realidad la convierte en una herramienta elocuente a la vez que es capaz de generar entretenimiento y ganas de reflexión. “El llegar a entender al personaje criminal nos desespera más en la butaca ante lo inminente de su crimen. Tememos o lloramos por la víctima, pero no somos ilusos ante nuestra responsabilidad social”, confiesa Lima, que nos anticipa una nueva entrega de su serie Shocks. Tras el Cóndor y el puma y La tormenta y la guerra llegará una tercera sobre la Guerra Civil. “Ya estoy investigando”.