Image: Fedra ante el dilema de decir o no decir

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Escenarios

Fedra ante el dilema de decir o no decir

16 enero, 2015 01:00

Sutil y envolvente elenco de Fedra. Foto: David Ruano.

Antes de volver a encerrarse para cultivar su faceta como autor, Sergi Belbel presenta el día 20 en el Romea de Barcelona su versión de Fedra, el mito clásico visto por la humanizadora mirada de Jean Racine. Emma Vilarasau y Mercedes Sampietro encabezan un reparto repleto de sensualidad.

Fue durante la representación de Barcelona en el Teatre Goya hace año y medio donde Emma Vilarasau se dio cuenta de las ilimitadas posibilidades de Fedra. Tras finalizar las funciones de la obra de Pere Riera la actriz le propuso a Sergi Belbel (Tarrasa, 1963) subir al escenario la obra de Jean Racine, una visión del mito desde el siglo XVII sobre las proyecciones clásicas de las tragedias de Eurípides y Séneca. Se daba la casualidad que era una de las obras favoritas del director de La punta del iceberg.

El escenario de esta Fedra (en el Teatro Romea de Barcelona desde el martes, 20) lo preside el sol, un sol luminoso y radiante que es el que teme por encima de todo la protagonista. El astro anticipa un montaje clásico, que no pretende innovar pero sí poner en escena el espíritu de la obra de Racine desde la admiración. "La gran diferencia es el verso, los alejandrinos -explica Belbel a El Cultural-. Los hemos respetado escrupulosamente. Sus elementos esenciales son el trabajo actoral y la manera de declamar, lo más simple y directa posible, con el fin de que llegue al espectador sin estridencias ni perturbaciones".

Para Belbel, Racine se distingue de Eurípides o Séneca en que el francés humaniza a los personajes y llega a entenderlos: "No hay en esta historia ni buenos ni malos. El personaje de Fedra, bastante antipático en el poeta griego al acusar injustamente a Hipólito, queda aquí mucho más matizado y salvado, a pesar de la desgracia del amor ‘impuro'. Empatizamos, nos apiadamos de ella y nos emocionamos con todos los personajes". Hay que decir que el autor también de obras como Andrómaca, Atalia o Los litigantes compone en Fedra un profundo e impactante retrato del deseo femenino, del amor no correspondido y de la pulsión sexual soterrada y exorbitante además de mostrar los tabúes de la sociedad, el sentimiento de culpa que nos lleva a la destrucción y a la vulnerabilidad. "Nos describe de forma implacable la represión sentimental -añade el director-. No es bueno reprimir los sentimientos. Provoca estallidos emocionales que pueden acabar en tragedia. Luego está el poder de la sexualidad, que en el caso de la mujer llega a extremos de apasionamiento pocas veces vistos en un escenario. Todo, con el poder fascinante de la palabra, sin mostrar nada. La obra no deja de ser una metáfora sobre los peligros de determinados tabúes que aún siguen existiendo".

Esta indagación en la sexualidad femenina -en el deseo, en la pasión y sus consecuencias, en la culpa y en la represión de todo ello- es algo que ha gravitado en el montaje por su enorme actualidad. "Es algo que hace estragos en todas las sociedades y en todos los tiempos. Aún está mal visto que una mujer madura se enamore de un hombre más joven. El caso contrario es incluso aplaudido. También molesta la exhibición del potencial sexual de la mujer. Hace que el hombre se muestre incómodo... En definitiva, no hemos avanzado tanto", concluye Belbel, que después de este montaje intentará retomar su faceta de autor tras cinco años en dique seco. Y es que esta Fedra se reduce a "decir o no decir", un dilema sobre el que el ensayista francés Roland Barthes reflexionaría para calificarlo como "la rotura del silencio". Nos enfrentamos a lo inconfesable, a los peligros del secreto y de su revelación: "Si Fedra no hubiera confesado a Enona su pasión, hubiese muerto virtuosa".

Fedra o Emma Vilarasau. La actriz que puso encima de la mesa la propuesta encarna el mito de la mano de un director que considera su trabajo "sencillamente magistral" por su fuerza, su sensualidad, su apasionamiento y su inteligencia. Mercedes Sampietro como Enona (cuyo trabajo Belbel califica de "sutil, envolvente y cautivado"), Xavier Ripoll como Hipólito, Lluís Soler como Teseo ("fuerte y frágil a un mismo tiempo"), Jordi Banacolocha como Terámenes, Queralt Casasayas (Aricia) y Gema Martínez (Panopa e Ismene) completan el reparto. javier lópez rejas