Cine

60 años sin Drácula

17 agosto, 2016 02:00

El actor Béla Ferenc Blasko Deszo será siempre recordado por su magistral interpretación del conde Drácula en la que es la película canónica del mito vampírico, la versión de Tod Browning de 1931 que el escritor Luis Landero definía así para El Cultural: "Como Drácula con sus víctimas, cuando abre su capa para acogerlas en envolvente, amoroso y lúgubre abrazo, también esta película clavó sus colmillos en nuestros cuellos vírgenes y nos hizo suyos para siempre. Del mismo modo Béla Lugosi se apoderó de una vez por todas del papel estelar, y nos cuesta comprender al vampiro sin él".

Lugosi nació en 1882 en la ciudad de Lugos, Hungría (hoy Lugoj, Rumanía), ciudad de la que tomó su nombre artístico y con el que sería conocido mundialmente como el "maestro del terror". A la edad de 12, Lugosi dejó la escuela y comenzó, con discrepancias familiares, una carrera de actor de teatro en diferentes ciudades del país.

Durante la Primera Guerra Mundial, a pesar de la exención de los actores de presentarse al frente, se alistó y sufrió heridas mientras servía como soldado de infantería del ejército austrohúngaro en el Frente Oriental. De nuevo en Hungría, su activismo durante la Revolución Comunista de 1919 y su cargo de presidente de un sindicato de actores, derivaron en una prohibición para actuar, por lo que decidiría abandonar el país y trasladarse a Alemania en 1920 y posteriormente a Nueva York para triunfar en el cine.

El primer papel de cine estadounidense de Lugosi fue en el melodrama The Silent Command en 1923. En los años siguientes comenzaría a interpretar con regularidad papeles de villano. En 1927 Lugosi, que alternaba cine y teatro, protagonizó una producción de Broadway de Drácula adaptada de la novela de Bram Stoker. La obra tuvo un éxito enorme y participó en varias giras, siendo especialmente ensalzada la interpretación que hacía Lugosi del malvado vampiro. Fue este éxito el que llevaría a Universal Pictures, especializada en el género de terror, a fichar a Lugosi para interpretar a Drácula en la película homónima de Tod Browning (1931), lo que a la postre supondría el establecimiento de Béla Lugosi como una de los mayores personificaciones del mal puro en pantalla.

La fama conquistada con este filme le permitió ser elegido como un icono del terror para varias películas en los años treinta e incluso en la siguiente década. En los años cuarenta Lugosi actuó en innumerables películas de terror, así como secuelas y parodias, como El fantasma de Frankenstein (1942), Frankenstein y el Hombre Lobo (1943) y Bud Abbott y Costello contra los fantasmas (1948). A pesar del enorme éxito cosechado, el fenómeno se fue agotando y la reputación de Lugosi disminuyó rápidamente en los próximos años. El final de su vida estuvo marcado por las adicciones, especialmente a la morfina.

Finalmente, Lugosi murió de un ataque al corazón el 16 de agosto de 1956, mientras estaba acostado en un sofá en su casa de Los Ángeles. Tenía 73 años. De acuerdo con la voluntad de su quinta esposa y su hijo, el artista fue enterrado vistiendo el manto del conde Drácula, el personaje que lo hizo famoso en vida y que así continuaría acompañándolo para toda la eternidad.